Nuevo hito contra las adicciones
Instituto Galeno. Así se llama un centro privado especializado en el tratamiento de adicciones que acaba de iniciar su andadura en la ciudad de Málaga. Su ámbito de trabajo abarca desde la dependencia de las drogas o el alcohol hasta aquellas adicciones en las que no hay una sustancia, como es el caso de la ludopatía o las compras compulsivas. El centro surge como una continuidad del Instituto Galeno de Sevilla, que viene funcionando en la capital hispalense desde el año 2006. Forma parte de un proyecto de responsabilidad social empresarial impulsada por José Luis Gómez, el marismeño, y nació fruto de un compromiso personal de este artista.
Ayer, en un hotel de Málaga se presentó al público este centro que tiene su sede en la calle Casas de Campos, 1, en la capital. Según explicó la psicóloga Isabel Mota, los tratamientos se abordarán con terapias grupales complementadas con otras individualizadas para atender a las necesidades de cada usuario. "El 80% de las personas que acuden al Instituto Galeno se han recuperado", aseguró la profesional. El centro inaugurado ayer en Málaga -y que ya está funcionando desde el mes de septiembre- aspira a ser un referente en el tratamiento de adicciones en la zona oriental de Andalucía. El instituto de Sevilla atiende a la demanda procedente de esa provincia, Huelva, Cádiz y Jaén.
El centro abierto en el día de ayer en Málaga atenderá a este territorio y, además, a los usuarios que provengan de Granada, Córdoba y Almería. Mota explicó que "la adicción es una enfermedad cerebral primaria crónica de los circuitos de recompensa cerebral". La adicción se desarrolla y la persona busca la recompensa a través de su comportamiento adictivo, sea consumiendo una droga, comprando compulsivamente o enganchándose a internet.
El 80% de los usuarios que acuden son hombres. En la mayoría de los casos adictos a la cocaína, el cannabis e incluso los fármacos hipnosedantes. No es que la mujer sufra menos la adicción. La realidad es que las adicciones entre las féminas están mal diagnosticadas. "Además, hay un estigma y la mujer siente vergüenza de aceptar que tiene una enfermedad", manifiesta la psicóloga. Dos de cada tres personas que acuden al centro son reincidentes. Es decir, que han fallado en un tratamiento anterior.
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