Málaga

Ofertas que perjudican la salud

  • Los ópticos alertan de la venta en gasolineras, mercadillos y bazares de gafas para ver premontadas que no tienen en cuenta las diferencias de graduación de los ojos

Dice un refrán que a veces lo barato sale caro. Comprar unas gafas para ver de cerca por diez veces menos el valor de lo que normalmente cuestan puede pasarnos factura. El Colegio de Ópticos de Andalucía ha lanzado una advertencia: últimamente proliferan ofertas que pueden perjudicar la salud visual. Se trata de las gafas graduadas premontadas. Son productos fabricados en países asiáticos y que se venden en gasolineras, supermercados, bazares y tiendas de regalo. Mientras unas gafas graduadas a medida pueden costar por lo menos 120 euros, las premontadas llegan a venderse por unos 10. La diferencia en el precio lleva aparejada también un recorte en la calidad.

Las premontadas tienen la misma graduación en ambos ojos. Cualquier persona que pase de los cuarenta y tantos años sabe que la presbicia nunca avanza en paralelo. Cada ojo tiene su propio desgaste visual. El delegado en Málaga del Colegio de Ópticos, José Alberto Talero, advierte que usamos lentes con una graduación superior a la que necesitamos, el ojo intenta adaptarse y se acelera la pérdida de visión. "La graduación que se iba a necesitar con 55 años puede que aparezca a los 48", ejemplifica. Pero además, al ser en serie, no tienen en cuenta la distancia entre las pupilas. Cada persona, según su cráneo necesita un ancho de gafas diferente.

Talero es contundente y claro a la hora de advertir que es un producto individual que debe comprarse tras un ajuste personalizado: "No existen en la práctica defectos visuales susceptibles de ser compensados de manera generalizada mediante gafas graduadas premontadas industrialmente, obviando la previa prescripción profesional del defecto visual del paciente". El Colegio de Ópticos incluso alerta que su venta vulnera el Real Decreto 414/96 que rige la comercialización de productos sanitarios. Esta institución incluso denuncia que "a pesar de que existe un marco regulador preciso que exige la adaptación individualizada de los productos sanitarios por personal sanitario especializado, la venta de gafas premontadas sin ningún tipo de control ni información al usuario es tolerada por la Administración, provocando la desprotección en el ámbito de la salud y de la seguridad de los consumidores, así como una clara inseguridad jurídica".

El precio a pagar, según los expertos, puede resultar a la larga muy caro: lagrimeo, cefaleas, irritaciones, fatiga prematura y en algunos casos extremos, hasta la pérdida de visión. En síntesis, el consejo de los profesionales es que las gafas para ver hay que comprarlas con mucha vista.

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