Resaca de las elecciones

El PSOE de Málaga achaca los malos resultados a la 'desilusión' de la izquierda

  • La dirección del partido cierra filas con Susana Díaz

  • La desmovilización de las bases, una de las razones del retroceso electoral

Reunión de la dirección socialista de Málaga

Reunión de la dirección socialista de Málaga / M.H.

Los socialistas de Málaga aún no han digerido el batacazo en las elecciones del domingo. Se siguen pellizcando pensando que todo ha sido un mal sueño, que para nada se han perdido dos diputados, que a lo sumo podían restar uno, fruto del desgaste propio de cuatro décadas gobernando Andalucía. Pero lo cierto es que han perdido 50.000 votos en la provincia, que el PP les ha recortado a la mitad la distancia que les separa, y que Ciudadanos ha duplicado, también a su costa, los apoyos. Salvo las victoria por la mínima en Málaga y Marbella, de las que ayer presumió la propia Susana Díaz, hay poco margen para el optimismo.

Aunque las lecturas más profundas han quedado aplazadas hasta que se despeje el panorama de los pactos para el Gobierno andaluz, ayer la ejecutiva provincial del partido hizo una primera valoración de los resultados y se propuso cerrar filas con Susana Díaz, a la que mostraron su total apoyo. La mayor autocrítica que trascendió ayer de la dirección socialista es que el partido no ha sabido ilusionar a sus votantes y que una gran parte del electorado decidió quedarse en casa. “Tenemos que reflexionar sobre nuestras políticas, que no han hecho que la gente de izquierdas haya ido a las urnas para parar la ola de extrema derecha”, señaló el secretario general del PSOE de Málaga y candidato por la provincia, José Luis Ruiz Espejo, en un comunicado.

La dirección del partido reivindicó su primera posición en las elecciones del domingo tras recordar y agradecer a su electorado los 152.220 votos y su victoria en 69 de los 103 municipios, frente a los 23 en los que vencieron las siglas del PP y los 7 en los que se impuso Adelante Andalucía. El partido mostró su respaldo a los contactos anunciados por la secretaria general andaluza, Susana Díaz, para conformar gobierno con una llamada al resto de partidos “para no poner a Andalucía en manos de la extrema derecha”.

“A pesar de que los datos nos resultan insuficientes, está claro que el PSOE ha ganado en nuestra provincia, al igual que en Andalucía”, dijo, tras destacar que el PSOE actuará “con responsabilidad”. Pese a la victoria, la dirección socialista hizo autocrítica resaltando que muchos malagueños se quedaron en casa el domingo. “Hemos entendido el mensaje, tomamos nota y ya trabajamos para ser capaces de dar respuesta en aquello que no hayamos estado a la altura. Hacemos autocrítica. La recuperación de derechos no ha avanzado a la velocidad que se demandaba y no habremos sido capaces de explicar nuestro proyecto social en un contexto de desencanto hacia las instituciones”, dijo el secretario general.

Ruiz Espejo resaltó que “como demócratas convencidos y constitucionalistas, tenemos responsabilidad de impedir que el Gobierno de Andalucía dependa de una extrema derecha xenófoba, racista y que justifica la violencia contra las mujeres”. “Susana Díaz venía avisando desde hace una semana sobre la ultraderecha, y otros y otras, desde la izquierda, en lugar de hacerle frente a esa ultraderecha, le hacían frente a Susana Díaz”, aseguró el dirigente socialista en la ejecutiva echando la responsabilidad de la irrupción de Vox al resto de formaciones políticas.

En sectores del partido se destaca el pesimismo interno y la escasa movilización de las bases

La clave del retroceso electoral del PSOE malagueño en estas elecciones hay que buscarla en la falta de movilización interna. Según fuentes del partido, en muchos municipios, entre ellos la capital, Marbella, Benalmádena o Fuengirola, faltaron interventores en los colegios, una muestra de que no todos los socialistas con carné decidieron ese día implicarse en las votaciones, ya que son los interventores los que erepresentan al partido junto a las mesas electorales, aunque sus funciones no sean tan amplias como las de los apoderados.

En los sectores críticos del partido, que se quedaron fuera de la candidatura y de los órganos de dirección, se habla abiertamente de un clima de “pesimismo”, se censuran las escasas convocatorias a nivel interno que se han realizado en los últimos días y se achaca directamente a Susana Díaz la responsabilidad de “meter” a Vox en la campaña. Sin embargo, desde este sector se apuesta ahora por la prudencia, a la espera de ver cómo evolucionan los contactos para la formación de Gobierno y de que Pedro Sánchez decida mover ficha con Susana Díaz.

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