Padres del Salvador Allende temen que las obras impidan dar las clases

El AMPA asegura que la Junta prometió la colocación del ascensor en agosto Les preocupa la seguridad de los alumnos

Un alumno en una de las clases del CEIP Salvador Allende, que espera las obras y la pintura del centro desde este verano.
Cristina Fernández Málaga

09 de septiembre 2013 - 01:00

A finales del curso pasado los 480 padres del colegio Salvador Allende pensaron en pintar ellos mismos las aulas de sus hijos. El distrito había hecho en sucesivos años "obras prioritarias" que correspondía a la Junta, según el concejal Luis Verde, y nunca les llegaba el presupuesto para la pintura. Sin embargo, cambiaron de criterio y se ofrecieron a adecentar pasillos y clases cuando la Administración regional terminara la obra del Plan OLA. Ésta consistía en la colocación de un ascensor y la eliminación de puntos peligrosos en el patio de Educación Especial. Según el AMPA, esta actuación comprometida para el mes de agosto va a comenzar ahora en septiembre y temen que la obra impida el desarrollo de las clases y suponga un riesgo para la seguridad de los niños.

"La Junta nos ha fallado", comentan desde la asociación de padres del centro que cuenta con un aula específica con cinco alumnos y unos 15 pequeños con necesidades educativas especiales integrados en aulas ordinarias. "Se apalabró la obra para el mes de agosto, el colegio ha estado a la espera y aquí no ha aparecido nadie hasta septiembre, cuando han llegado todos, la empresa, peritos, arquitectos y responsables del ISE", añaden los padres. La dirección del centro, según detallaron ayer los progenitores, también se ha mostrado preocupada porque se realicen las actuaciones previstas con los niños dentro del edificio pero "por otro lado temen que si piden que se posponga pierdan la subvención del Plan OLA", subrayaron.

Colocar un elevador supondrá, según comentaron desde el AMPA, realizar un profundo agujero para bajar hasta el sótano donde están los gimnasios y subir hasta la segunda planta. "Además habrá que romper las barandas de seguridad de los pasillos para colocar los accesos al ascensor", explican los padres y reiteran que "es de pánico hacer eso con los niños dentro". La curiosidad de los pequeño les podría llevar a ver lo que hay tras las protecciones y temen que se produzca algún accidente.

Además, los progenitores apuntan que el vestíbulo del colegio, donde se colocará el elevador, no es muy grande y es paso obligatorio para ir al comedor, a la biblioteca, a las clases, al recreo, al gimnasio... "Es paso obligado durante todo el día, por lo que estamos muy temerosos, muy preocupados, no sabemos cómo va a terminar esto después de tantos años de lucha", agregaron desde el AMPA.

El ruido "atroz" de la maquinaria durante los trabajos de perforación y posteriores actuaciones podría dificultar la realización de las clases con normalidad y, además, supondrá un importante motivo de tensión para los docentes del centro, en vigilancia constante de los pequeños mientras los obreros continúen en el edificio, según consideran los padres del centro. "No sabemos hasta qué punto es compatible esa obra con el desarrollo del curso", agregan.

Técnicos del ente público Infraestructuras y Servicios Educativos recogieron esta semana las inquietudes del colegio Salvador Allende. A dos días para el inicio del cole se encuentran a la espera de la decisión que estime más oportuna la Junta de Andalucía. Además de la colocación del ascensor, se habían comprometido a eliminar zonas de peligrosidad del patio de Educación Especial, como bordillos, escalones, mallado de hierro que delimita distintas zonas de recreo y que está corroído y oxidado, además de una canalización de aguas pluviales.

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