Palabras que hieren
Discapacidad
Lo peor que te puede ocurrir en la vida es no darte cuenta de que todos somos iguales · "No es la discapacidad lo que hace difícil la vida, sino los pensamientos y acciones de los demás" (Anónimo)
SOBRE la discapacidad, en general, como sobre otras muchas cosas, existen demasiados estereotipos, y es que, a lo largo de la historia, hemos comprobado cómo se han confabulado cien y una historias, mil y un ejemplos de cómo actuar ante las personas con discapacidad, y la mayor parte de ellos son fruto del desconocimiento, de la desidia de algunos, de la hipocresía de otros, pero, sin duda, si de algo hemos de sentirnos responsables todos es de haber creído historias por no interesarnos, de estar por encima de determinadas situaciones para evitar dolor, de mirar para otro lado al creer que estas circunstancias no iban con nosotros.
De aquellos lodos estos barros, y aún hoy, simplemente observando nuestra forma de expresarnos, nos damos cuenta de la terrible injusticia que hemos cometido con muchos ciudadanos que no han elegido vivir las circunstancias que soportan y que con la contribución despistada de muchos de nosotros hemos hecho más difícil su vida.
Sería inútil clasificar las diferentes discapacidades por la gravedad de las injusticias cometidos con ellas, ya que con habitualidad se han usado ciertas características de las mismas para crear los estereotipos por los que los juzgamos y tratamos.
Ni que decir tiene de los pobres cojos, que seguramente son de los primeros que se enfrentaron a la sociedad, y mientras que otros muchos aún estaban escondidos en las casas, ellos se peleaban a diario por no ser discriminados.
"Cuando la rana críe pelo, serán los cojos buenos", "eres más lento que un desfile de cojos", "más rápido se coge a un mentiroso que a un cojo", " a ningún cojo se le olvidan las muletas" o "el que anda con un cojo, si al año no cojea, renquea". Son algunas de las lindezas con las que muchas personas, sobre todo con secuelas de polio (mayor causa de cojera en la actualidad), han tenido que enfrentarse a diario.
Seguramente la personalidad de cualquier individuo se ve modificada por los efectos de padecer cualquier tipo de discapacidad, pero a riesgo de equivocarme, me gustaría saber en qué proporción varía la conducta de un ser humano al tener que enfrentarse a este tipo de frases, refranes, ideas o como queramos llamarlas.
Otro tipo de discapacidad que ha sufrido de forma superlativa la injusticia del léxico es la intelectual. Con ellos hemos hecho verdaderos estragos, y podemos ser muy compasivos y paternalistas, como con las personas con síndrome de Down, por ejemplo, que a todos nos parecen muy cariñosos y simpáticos, o muy lejanos y poco empáticos en cuanto oímos que alguien padece enfermedad mental, esquizofrenia, trastorno obsesivo-compulsivo o de ansiedad.
La enfermedad mental ha desarrollado una nomenclatura muy específica y, sin duda, hay un término que aglutina el general desconocimiento que existe sobre todas estas patologías.
"Más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena", "el loco no puede reincorporarse a la realidad, está permanentemente viviendo su fantasía", "los locos lo pierden todo, menos la razón" o "el corazón del loco está en la boca".
A esto hemos tenido que enfrentarnos durante mucho tiempo, teniendo que demostrar que además de cojos, locos o como quieran llamarnos, somos personas con los mismos deberes y derechos que vosotros, aunque la vida nos lo haya puesto un poquito más difícil que al resto y, por eso, nosotros también utilizamos frases, como estas: "Tonto es el que hace o dice tonterías...".
Probablemente lo peor que te puede ocurrir en la vida es no darte cuenta de que todos somos iguales y, con eso, quizás algunos tendrán que vivir siempre.
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