Las aerolíneas han programado más de 16,5 millones de asientos en el aeropuerto de Málaga-Costa del Sol en la temporada de verano -que abarca de finales de marzo a octubre-, una apuesta "fuerte", que sitúa la oferta en "valores similares a 2019", por lo que solo queda esperar que la demanda "venga detrás". En una entrevista con Efe, el director del aeropuerto, Pedro Bendala, ha dicho que la petición de asientos para la temporada alta supera en un 4 por ciento la del año prepandemia, en el que la infraestructura malagueña tuvo su mejor balance de pasajeros. 

Una vez que la oferta está disponible, ahora hay que "ser todo lo visibles" que se pueda en los mercados habituales, una labor que le "consta" que desarrollan la Junta, Turismo Costa del Sol y el Ayuntamiento de Málaga, mediante campañas promocionales, la asistencia a ferias y contactos con turoperadores y compañías aéreas.

Cincuenta compañías han mostrado su interés en volver a volar en la temporada de verano en este aeropuerto, que acapara dos tercios de los pasajeros de avión en Andalucía y es la principal puerta de entrada de turismo internacional a la región, lo que permitirá conectar la Costa del Sol con más de 120 ciudades de 34 países.

Seguridad y diversidad de la oferta

"Son niveles previos a la pandemia", ha subrayado Bendala, que ha destacado la importancia de la seguridad, no solo física, sino también sanitaria o jurídica, las cuales "se potencian y se cuidan" en este destino, que además cuenta con "una oferta tan rica que no es fácil encontrarla en un entorno próximo".

La previsión de asientos es un indicador sobre la evolución del tráfico pero no implica que todos los billetes se vendan. Por ello, Bendala considera que "no solo es arriesgado, sino que es osado" aventurar en este momento si el aeropuerto de Málaga alcanzará en 2022 los cerca de 20 millones de viajeros que tuvo en 2019.

"Que lleguemos o no, no nos preocupa porque lo que hemos visto claro es que el cambio de tendencia se ha producido" y a partir de ahí el trabajo se orienta a recuperar la conectividad y la oferta, "seguros de que la demanda vendrá detrás".

Desde la Costa del Sol existe prácticamente un puente aéreo con Reino Unido. Aunque este mercado "va un poco más lento" en su recuperación que el resto de Europa, mejora semanalmente y se espera que esta temporada de verano confirme su liderazgo con el 27 por ciento de la oferta en esta infraestructura, seguido de España con un 15 por ciento.

Motor económico gracias al turismo

Gracias al desarrollo turístico, Málaga ha logrado una "ventaja competitiva y de valor frente a otros territorios" en el ámbito económico, que es la conectividad, que posibilita que muchas empresas tecnológicas, de servicios o logística puedan "poner sus ojos" en Málaga para instalarse en la provincia, ha indicado.

A este respecto, ha argumentado que el 85 por ciento de los pasajeros en este aeropuerto son turistas, que dan la oportunidad de tener comunicaciones "casi" como "una capital de Estado" y que una quincena de asientos de un vuelo sean ocupados por viajeros de negocios.

El reto del aeropuerto pasa por "seguir prestando el servicio" a Andalucía como motor económico. Prueba de ello también son las cifras de empleo: 8.000 trabajadores de áreas tan diversas como el comercio y la restauración, la seguridad, limpieza o asistencia en tierra a pasajeros.

El director del aeropuerto en el interior de una terminal.

Por su volumen de oferta, en el ámbito andaluz el aeropuerto de Málaga hace además de "elemento de tractor" para el desarrollo de diferentes mercados pero todos los aeródromos de la región son "complementarios" y "suman" con este objetivo, ha apuntado.

De premiar la recuperación de rutas a la ocupación

Aena, que desde el inicio de la pandemia ha incentivado la recuperación de rutas, premiará ahora la ocupación de los vuelos. "Es la medida adecuada en cada momento", pues una vez que la previsión de oferta es similar a 2019, hay que potenciar que "los aviones vengan llenos", ha explicado.

"Nosotros no hemos tenido vuelos fantasma en este aeropuerto, no sé si los ha habido en otros de Europa", ha aseverado respecto a la a las operaciones con pocos pasajeros para conservar las franjas horarias de vuelo. "Aquí, incluso en los peores momentos de la sexta ola, la ocupación ha estado por encima del 55 por ciento", precisa.

Pedro Bendala, que accedió al cargo en julio de 2019, pasó de gestionar el mejor año de la infraestructura (19,8 millones) al difícil 2020 (5,1 millones). De la pandemia extrae la lección de que los aeropuertos tienen que ser "hiperflexibles", no solo cuando aumenta la demanda, sino también cuando se reduce.

El cierre de algunas zonas en pandemia permitió acelerar inversiones previstas, como la renovación de la Terminal 2, que tiene 30 años, para que su imagen sea "coherente" con la T-3, la mejora de la climatización o la reforma de los baños.