Pedro Sánchez desdobló ayer su personalidad y, por unos momentos, visitó Málaga en condición de presidente del gobierno y, en otros, como secretario general del PSOE. En el primer caso, el presidente quiso conocer el Parque Tecnológico de Andalucía aunque su apretada agenda solo le permitió ver las instalaciones de Accenture, que recorrió en compañía de la subdelegada del Gobierno,María Gámez, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, o el presidente de Accenture en España, Portugal e Israel, Juan Pedro Moreno, entre una amplia comitiva. Sánchez llegó sobre las 17:30 a la sede de esta multinacional en la que trabajan cerca de 2.000 personas y que es una de las firmas más importantes de la tecnópolis malagueña.

Sánchez vio los proyectos tecnológicos de esta compañía con varias demostraciones. El centro tecnológico de Innovación y Desarrollo de Accenture ubicado en el PTA de Málaga cumple 20 años en la capital y Sánchez quiso destacar esta onomástica. El centro, de 7.932 metros cuadrados en total, desarrolla nuevas tecnologías y ofrece soluciones innovadoras mediante la combinación de Robotics, Internet de las Cosas, analytics, aplicaciones de drones, dispositivos de realidad virtual, automatización inteligente e inteligencia artificial. También se prestan servicios de agencia de marketing experiencial a empresas nacionales e internacionales desde Málaga.

“Estamos orgullosos de llevar 20 años desarrollando las mejores y más innovadoras soluciones tecnológicas desde Málaga para clientes de más de 20 países, desde grandes compañías de retail, hasta empresas de telecomunicaciones y resources, pasando por la gran banca y las mejores compañías del sector hotelero y turístico. Nuestro equipo de casi 2.000 profesionales en Málaga es un ejemplo de talento diverso ya que reúne personas de 20 nacionalidades distintas que hablan entre sí once idiomas diferentes”, señaló Moreno.

La llegada de Pedro Sánchez a la sede de Accenture en Málaga

La comitiva encabezada por Sánchez dejó el PTA –viendo los problemas de tráfico a la salida de la tecnópolis– y se dirigió al Museo Picasso de Málaga, donde llegó sobre las 18:30. Fue recibido por el director de la pinacoteca malagueña, José Lebrero, quien le explicó las distintas exposiciones haciendo especial hincapié en las obras Las tres gracias de 1923, y en Niño con una pala, de 1971 del artista malagueño. También estaban la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Patricia del Pozo, y el nuevo delegado del Gobierno en Andalucía, Lucrecio Fernández, entre otros.

La pinacoteca, con más de 675.000 visitantes el año pasado, se ha convertido “en el motor de una nueva forma de entender la política cultural y el turismo que ha permitido a la ciudad reinventarse y convertirse en una ciudad cultural de primera magnitud”, indicaron desde el Gobierno en una nota de prensa. Este museo es “un ejemplo más de la posición privilegiada de la que disfruta España para crecer en el ámbito del turismo cultural, gracias a su patrimonio histórico y artístico, su diversidad, sus lenguas y su gastronomía, entre otros”, añadieron.

La agenda oficial del presidente establecía que, tras la visita al Museo, haría una intervención institucional y, de hecho, los medios de comunicación fueron convocados una hora antes de la supuesta llegada –que se demoró–. Sin embargo, como iba con retraso para el mitin posterior esa intervención se anuló sobre la marcha. Al mitin, en el hotel Barceló, llegó pasadas las 19:00 en una visita rápida pero intensa a Málaga.