Peligroso patinaje sobre barro

Los vecinos de la urbanización Residencia la Aurora, en el distrito de Ciudad Jardín, llevan cinco días sin poder utilizar su puerta de entrada. Desde el pasado jueves entran y salen del recinto por el aparcamiento ya que la calle Marqués de Mantua está impracticable. Un verdadero lodazal hace de las aceras peligrosas pistas de patinaje que ya han causado la caída de varios peatones. Y los padres del colegio Rafael Alberti han tenido verdaderos problemas para acceder al centro escolar con sus pequeños. Como medida alternativa, el director del colegio les ha facilitado la entrada por el instituto colindante, el IES Jardín de Málaga, aunque la situación en esta parte de la vía no era mejor. Desde la Junta de Distrito se comprometían a acabar durante la tarde de ayer las labores de limpieza. Hoy se esperan nuevas lluvias y los vecinos temen que todo pueda aún empeorar.

No es la primera vez que ocurre en esta vía de la barriada de Jardín de Málaga, pero la rotura de un pluvial a causa de las fuertes lluvias del pasado jueves llenó la calle Marqués de Mantua de piedras, palos y, sobre todo, mucho barro. "El jueves y el viernes se quitó lo más gordo", dijo ayer Javier Gutiérrez del Álamo, director del distrito. Pero, los esfuerzos municipales se concentraron en "Arroyo Aceitero, donde un corrimiento de tierra impedía que los vecinos pudieran salir de sus casas", explicó Gutiérrez del Álamo que añadió que "no ha dado tiempo a limpiar más porque había mucha cantidad de barro".

Alumnos y personal del CEIP Rafael Alberti se encontraban ayer con la misma imagen que dejaron el pasado viernes. La calle aún llena de barro. Poco después de las 9:00, el director del centro ya estaba llamando a la Junta de Distrito para preguntar por las labores de limpieza. "Me dijeron que se iba a solucionar antes de las 14:00, pero está la máquina parada sin ningún operario y aún no han hecho nada", lamentaba José María Ortega poco antes de la hora de salida.

El director del centro aseguraba ayer que una profesora sufrió una lesión en una mano debido a una caída. "La calle está tercermundista", aseguró Ortega que no recordaba haber visto nunca "salir tantas piedras y escombros de una alcantarilla". No se ve el paso de peatones y las aceras están tan resbaladizas que la gente camina por mitad de la carretera, la parte más limpia gracias al rodaje de los coches. "Los padres llevan en brazos a los niños más pequeños y tienen que ir con mucho cuidado".

Desde el jueves se han abierto las puertas del instituto colindante para que los padres puedan recoger a los niños de Infantil. Esto, "con la responsabilidad" que conlleva tener la puerta abierta de un centro a deshora, como apuntaba el director del Rafael Alberti. Auxiliadora Sánchez, madre de dos alumnas del centro, afirmaba ayer que "esta tarde están retirando el lodo pero hasta que no pasen los coches bomba con mangueras para baldear bien la calle en cuanto llueva algo se va a convertir en la misma odisea". Según Auxiliadora muchos niños no acudieron a clase el viernes ante este panorama.