Pena de 4 años de cárcel por alijar 3.000 kilos de hachís en El Candado

Los tres condenados fueron sorprendidos cuando cargaban la droga en una furgoneta

E. M. / Málaga

23 de junio 2011 - 01:00

La Audiencia de Málaga ha impuesto tres años y nueve meses de cárcel, así como 7,7 millones de multa a tres hombres que fueron sorprendidos en el puerto de El Candado el 24 de abril de 2008 cuando desembarcaban 2.921 kilos de hachís. El relato de hechos probados de la sentencia dictada por la Sección Segunda precisa que durante aquella madrugada Francisco M., Rafael I. y Francisco J. aguardaban en el recinto portuario hasta que a las 2:00 de la mañana se aproximó la embarcación y dejó varios fardos de hachís en la bocana del puerto. Los tres hombres comenzaron a cargar la droga en la furgoneta que previamente un desconocido había llevado hasta el puerto.

Sin embargo, la Guardia Civil de Rincón de la Victoria, alertada desde la Comandancia de Málaga, les seguía la pista. De hecho, avistó la embarcación en la zona del Peñón del Cuervo, a unos 500 metros de la orilla y, posteriormente, oculta frente a El Candado, desde donde la vieron aproximarse al puerto deportivo. Aunque el barco y sus tripulantes lograron ponerse a salvo sin ser arrestados, los agentes de la Guardia Civil sorprendieron a los tres hombres ahora condenados en la playa. Francisco M. trató de huir a la carrera, saltando la valla que delimita el puerto deportivo hasta que fue alcanzado a la altura de una gasolinera próxima.

Francisco J. estaba sentado en el asiento del conductor de la furgoneta, que había sido estacionada cerca de la bocana del puerto y junto a los fardos de hachís, mientras que el tercero, Rafael I., se encontraba con dos bultos de droga en la mano cuando irrumpió la Guardia Civil. Entonces trató de fugarse lanzándose al agua, aunque en todo momento fue vigilado hasta que pudo ser detenido. El primero de los traficantes condenados alegó durante el juicio que no conocía a los otros dos hombres y que ni siquiera se hallaba en El Candado, sino que fue la Guardia Civil quien le llevó hasta el puerto. El segundo, Rafael I., trató de eludir responsabilidades alegando que él simplemente vive por la zona, a pesar de que fue detenido en el interior de la furgoneta, mientras que el tercero trató de presentarse como un pescador que en un momento dado se metió en el agua, razón por la que supuestamente la Guardia Civil le confundió con el huido.

El tribunal no ha atendido ninguna de estas explicaciones exculpatorias y los ha condenado por un delito contra la salud pública con agravante de cantidad notoria.

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