Málaga

Pide un adaptador para el enchufe y le envían a un doctor

Entre 1983 y 1988 se emitió una de las series con mayor éxito en la historia de la televisión. Se llamaba Hotel, estaba protagonizada por James Brolin y Connie Sellecca y se dedicaba a dar a conocer cuál era el día a día de un hotel de lujo de San Francisco. Ocurrían centenares de cosas, a cual más disparatada, y parecía que eso solo podía pasar en las películas. Sin embargo, cualquier director de hotel, como el resto de su plantilla, ha pasado por todo tipo de historias en la realidad.

Este verano, por ejemplo, ha habido anécdotas más que curiosas en la Costa del Sol. En el hotel Kempinski, en Estepona, se han registrado varias. Nadine Gebauer, directiva del establecimiento, recuerda que "tenemos una clienta repetidora que siempre ocupa la habitación 801 y siempre viene acompañada por 20 peluches que los coloca sobre la cama. En Semana Santa les pone los huevos de Pascua como si se tratara de sus niños y la camarera de piso no puede colocarlos de manera diferente porque si no la clienta se enfada".

La paciencia es una virtud que deben atesorar los trabajadores de los hoteles. Si no que se lo digan a una de las relaciones públicas del Kempinski, "que se pasó medio día con un cliente probando habitaciones porque decía que la que tenía asignada tenía mal feng shui y no podía dormir allí". Ambos, empleada y turista, recorrieron ocho habitaciones con un aparato para medir el feng shui en el lugar donde estaban las camas. Todo estaba a su gusto en la octava que vieron y se quedó con ella, durmiendo perfectamente el resto de su estancia.

Los profesionales de la mayoría de hoteles de la Costa del Sol hablan inglés. Es uno de los requisitos básicos para acceder al puesto, aunque el idioma a veces puede jugar una mala pasada. Gebauer comenta que este verano un cliente árabe le dijo al camarero que le llevó la comida que necesitaba un médico. "I need a doctor, I need a doctor", entendió el empleado. Rápidamente llamaron al médico del hotel y subieron a la habitación del usuario, acompañados del director que estaba de guardia. El turista se quedó muy sorprendido por ese despliegue ya que, según explicó, había pedido un adaptador de enchufe "an adaptor", en lugar de un doctor. Suena a anuncio de la tele, pero ha sido real como la vida misma.

En el complejo hotelero Holiday, ubicado en Benalmádena, también han tenido un verano entretenido. Fuentes del hotel señalan que han tenido alojada a una señora que tenía en su casa una tortuga de la misma raza de la que había en el tortugario del hotel. "Nos pidió que le prestáramos una para poder emparejarla con la suya porque no la encontraba por ningún lado. Llegó incluso a pedir que se la vendiéramos, aunque desgraciadamente no pudimos ayudarla porque todas nuestras tortugas están registradas en un censo oficial y pasan por controles veterinarios", añaden.

Al margen de esta anécdota de carácter animal, los responsables de Holiday afirman que son habituales las peticiones de matrimonio. Unos prefieren hacerlo en la intimidad de la habitación, para lo cual piden una decoración especial, y otros optan por mostrar su amor en público con todo tipo de animación.

Hablando de animación, a María Ángeles Martínez, directora del hotel Don Carlos en Marbella, no se le va a olvidar fácilmente su interpretación de Mary Poppins en una de las cenas temáticas que organizan. "Era la primera del verano y pensamos que sería un detalle que uno de los números lo hiciéramos los propios directivos. Nos tocó cantar, bailar y caracterizar la canción de Supercalifragilisticoespialidoso. En los ensayos nos salió bien, pero a la hora de la verdad se me trabó la lengua toda la canción. Acabé tarareándola al micrófono y menos mal que los niños y los padres se la sabían y no se notó mucho. Está claro que el espectáculo no es lo mío", recuerda sonriente.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios