La Fiscalía ha solicitado una pena de tres años de prisión para el administrador de una empresa encargada en 2006 de la rehabilitación de la fachada de un edificio en Torremolinos (Málaga) por el accidente que sufrieron tres obreros al desplomarse el andamio eléctrico en el que estaban subidos.

El procesado, J.A.CH.L., incumplía la obligación de someter el andamio a las preceptivas revisiones anuales y utilizaba el equipo en los trabajos pese a que era "conocedor de que su mal estado de conservación y funcionamiento podía provocar desplomes con el consiguiente quebranto para la integridad física de los trabajadores", según la calificación fiscal, a la que ha tenido acceso Efe.

En su escrito, el ministerio público añade que el acusado tampoco exigía de forma efectiva a los trabajadores el uso de cinturones o arneses de seguridad que aminorasen las consecuencias de posibles caídas.

El accidente se produjo sobre las 18:00 horas del 27 de junio de 2006 cuando dos obreros realizaban trabajos de mezcla y el andamio "comenzó a hacer ruidos extraños, fallando el motor y el sistema de frenado", por lo que decidieron avisar al acusado quien, "lejos de ordenar de inmediato la paralización de los trabajos", avisó a otro empleado para que se dirigiera al andamio y lo bajara manualmente.

Cuando los tres trabajadores estaban subidos en el andamio, éste se desplomó, y quedó la plataforma colgada e inclinada con uno de sus laterales sobre la cornisa del edificio y el otro sujeto por los dos cables, lo que ocasionó la caída de los operarios, señala el fiscal.

Como consecuencia del accidente, los tres trabajadores sufrieron lesiones, de las que dos de ellos tardaron en curar 359 y 540 días, respectivamente, mientras que el tercero sufrió heridas carentes de relevancia penal.

El fiscal pide que se condene al procesado a tres años de prisión, y se le inhabilite durante igual tiempo para desarrollar actividades de gestión o administración relacionadas con empresas de construcción.

Además, solicita que indemnice a los dos trabajadores -uno con incapacidad permanente absoluta para todo tipo de trabajo, y otro incapacitado para su trabajo habitual- que sufrieron lesiones más graves en un total de 328.475 euros.