Piratas malagueños

Réplica de un barco pirata de los que navegó por nuestras costas.
Réplica de un barco pirata de los que navegó por nuestras costas.

25 de noviembre 2008 - 01:00

AL hilo de los últimos acontecimientos referidos a la piratería internacional, hoy les contaré algunas curiosidades sobre piratas.

En la muy larga historia marítima de Málaga y, por ende, en la de las poblaciones costeras de nuestra provincia, las referencias a la piratería siempre han sido una constante.

Con esto, e independientemente de la figura del perchelero Pedro Blanco, nuestro filibustero más destacado, la lista de canallas marítimos que han acosado nuestras costas es, además de muy larga, muy prolija en todo tipo de fechorías. Con una absoluta preponderancia de capitanes y tripulaciones africanas (donde siempre había algún que otro pirata malagueño), las correrías de estos malhechores constituyeron un verdadero problema para la navegación por nuestras aguas. Con embarcaciones menores (como ocurre en la actualidad) y con espías que informaban desde tierra, los piratas que acosaron nuestras costas entre los siglos XV al XVIII (incluso hay referencias en el siglo XIX), realizaron acciones tanto en la mar como en tierra.

Y aunque hay muchas historias dignas de ser reseñadas, tal vez, y para quitar dramatismo al tema, una de las más curiosas sea la fallida e irrisoria acción del corsario Morata, un pirata que a principios del siglo XVII navegaba por nuestra costa. Con el firme propósito de raptar al obispo malagueño Tomás de Borja, que habitualmente realizaba visitas de caridad a diferentes poblaciones de nuestra costa, el capitán Morata ideó una operación para su secuestro. Una confusión en los nombres de las localidades facilitadas por sus espías llevó al corsario a Bezmiliana (lo que hoy es Rincón de la Victoria), cuando el obispo estaba visitando Churriana.

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