Algunos propietarios han fijado el precio de salida inducidos por el valor sentimental de la pieza. Otros aspiran a recuperar el dinero que invirtieron hace varios años. Para los aficionados interesados en ellas, principalmente cazadores, la subasta de 960 armas de diferentes calibres y dimensiones que desde ayer acoge la Comandancia de la Guardia Civil de Málaga se erige en una oportunidad para adquirir un modelo a precios muy inferiores a los que ofrece el mercado de segunda mano. Pistolas y revólveres desde 20 euros, escopetas y carabinas de hasta 1.000. "Todas pueden parecer iguales, pero es necesario mirar detenidamente. Hay ofertas muy buenas. Alguna tiene un precio de salida de 50 euros y puede costar 10.000 euros", explica uno de los aficionados que ayer recorría la exposición. Sólo de esta forma, precisa, ha conseguido en otras ocasiones un arma por 31 euros valorada en unos 1.000. Las piezas también se adquieren para practicar tiro olímpico.

La suerte, eso sí, debe jugar a favor del pujador puesto que la subasta es cerrada. Los interesados deben recoger un impreso y adelantar el 25% del coste inicial de la pieza que le atrae e indicar la cantidad que están dispuestos a asumir. Deberán, además, acreditar que poseen permiso de armas. El mejor postor se la llevará.

Un porcentaje elevado de la muestra lo forman las piezas depositadas por familiares de dueños fallecidos al no haber querido ningún heredero obtener su correspondiente licencia. El 70% son escopetas. Otras proceden de incautaciones o fallos judiciales.

El subteniente interventor de armas interino de la Guardia Civil detalla que aquellas que pertenecen a delincuentes o han sido objeto de alguna operación quedan a disposición de la autoridad judicial, que ordena su subasta. El beneficio se utiliza para sufragar los gastos que ha originado la actuación. Es el juez el que dispone el destino según el reglamento.

Los investigadores descartan que exista un riesgo elevado de que estas armas caigan en manos de delincuentes. "La licencia no se le da a cualquiera. Tenemos una legislación muy restrictiva", agrega el interventor.

El temor a no superar el importe de la puja ganadora da lugar a que los interesados "paguen más que lo vale el arma en sí". "Hay quien ve una de 400 euros y puja por encima de su valor. Eso se da bastante, aunque también salen escopetas a precios irrisorios desde 20 ó 30 euros. Los rifles tienen bastante demanda. Se ha llegado a pagar hasta 3.000. Es raro que salgan armas para coleccionistas porque ellos buscan piezas concretas", comentan agentes del Instituto Armado.

Una percepción que también comparte otro de los aficionados, que ayer buscaba una escopeta repetidora. "Encarecemos las armas. He visto una con un precio de salida de 100 euros, pero por menos de 500 sé que no me la podría llevar", destaca. Hasta el día previo a la subasta, que tendrá lugar el próximo martes, los titulares tienen la posibilidad de retirarlas. Las armas que no se vendan serán destruidas. "Las que son confiscadas, si son legales, pueden pasar a subasta. En caso de que se hayan confiscados, importado o fabricado ilegalmente pasan a chatarra", recalca el interventor.