La Policía calcula que hay 627 víctimas potenciales de explotación sexual
Desde 2016, 113 mujeres han sido liberadas, de las cuales 7 eran menores de edad
En el mismo período de tiempo, han sido desmanteladas 13 redes y detenidas 146 personas
Un total de 627 mujeres y niñas son potencialmente víctimas de trata con fines de explotación sexual en la provincia de Málaga, según datos proporcionados por el Cuerpo Nacional de Policía de Málaga. Además, desde el año 2016, 113 mujeres -7 de ellas menores- han sido liberadas de la explotación a la que las sometían las 13 redes de trata desarticuladas por las que se han detenido a 146 personas. Nigerianas (52 mujeres), dominicanas (16), búlgaras (15) y rumanas (7), de 18 a 23 años, son las nacionalidades y edades más comunes en este ílicito negocio que se erige como el tercero más lucrativo del mundo, tras la venta de drogas y de armas, al mover 29.000 millones de euros, según Naciones Unidas. "La mayoría viven hacinadas en pisos de alquiler", explica la pedagoga de la Asociación Mujer Emancipada, Remedios Trujillo, que alega que "las vejaciones y daños que han sufrido les crea un miedo que les impide denunciar su situación".
No obstante, para la mayoría de estas chicas su particular vejamen no comienza al llegar a España. Vienen de zonas de conflictos armados, donde abunda la pobreza extrema y donde no hay derechos fundamentales que les garanticen no sufrir discriminación y violencia de género. "Algunas, como las nigerianas, saben a lo que vienen -aunque no en qué condiciones- y pagan por el viaje hasta aquí, pero otras muchas vienen engañadas", explica Trujillo. "Se les promete una nueva vida y Europa se les presenta como una oportunidad de desarrollo, pero pronto se encuentran con la realidad". Una realidad, que sin embargo, "muchas llegan incluso a normalizar como parte del proceso migratorio que viven", señala Carla Cingolani, coordinadora del Área de Investigación de Mujeres en Zonas de Conflicto. Este mundo, en el que las violaciones, las palizas, el alcohol y las drogas se convierten en elementos normalizados, las sumen en un estado en el que ni una futura liberación significa una salida. "Son mujeres sin formación ni experiencia laboral que a lo que siempre se han dedicado es a esto y muchas al final acaban volviendo", comenta Trujillo, que reclama más mecanismos de ayuda para que estas mujeres no tengan que volver a trabajar en la prostitución.
"El problema es que no hay mecanismos para realmente discernir y detectar indicios de trata y poder proporcionar protección a la víctima y promover la persecución del delito". "Debería haber una ley integral que acometiese una reflexión general sobre las reformas que se tendrían que hacer en el ordenamiento jurídico a partir de afrontar tres ejes: prevención, restitución y sanción". Quien habla es la abogada de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, María Ángeles Jaime de Pablo, que pide más medidas que fomenten la inclusión de la víctima por medio de una ley integral que ahora mismo no existe.
En España, el único marco legal que aporta protección a la mujer que presenta indicios de estar siendo víctima de un delito de explotación sexual es el Artículo 59 bis de la Ley de Extranjería, que establece un período de restablecimiento y reflexión de 90 días para que la víctima decida si colabora o no con las autoridades en la investigación del delito a cambio de la obtención provisional de un permiso de residencia y de trabajo. Sin embargo, la gran mayoría rechaza acogerse a este período de restablecimiento y reflexión. En Málaga, por ejemplo, sólo lo hicieron 17 mujeres. "La violencia y la vulneración de los derechos que han sufrido es tan dramática y grande que para sobrevivir quieren borrar su pasado y les es muy duro colaborar", afirma Cingolani, que pide que el período de reflexión sea más flexible y que se cuente más con organizaciones que traten con las víctimas para que superen el miedo a dar su testimonio. ¿Qué sucede con estas víctimas si rechazan colaborar? Si se encuentra en situación irregular en España, "salvo casos excepcionales", apunta Jaime de Pablo, se emitirá una orden de expulsión del país, quedando sólo abierta la posibilidad de permanecer por vías generales, y no específicas -porque no existen-, como pidiendo protección subsidiaria y derecho de asilo, explica la abogada. "Definitivamente, hay que crear una ley integral que aborde todas las formas de trata y vincule a todas las administraciones a todos los niveles", concluye Cingolani.
"El problema es que hay más multas a chicas que a clientes"
España es el país que más prostitución consume de toda la Unión Europea y se estima que el 39% de sus ciudadanos han solicitado al menos una vez los servicios de una prostituta, según un estudio de 2016 de la Asociación de Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (APRAMP), editado por el Ministerio de Política Social e Igualdad. Además, el mismo estudio apunta a que el 80% de estos servicios son realizados por mujeres que se encuentran en situación de estar siendo explotadas. "Siempre digo lo mismo: si no hay demanda no hay oferta", explica la pedagoga Remedio Trujillo, para apostillar que "el cliente está contribuyendo a que siga habiendo trata y explotación de las mujeres". En España, la prostitución se encuentra en una situación de alegalidad. Son los ayuntamientos, mediante ordenanzas y normas de convivencia, los que regulan esta actividad, que en 2014 hizo crecer, junto con la droga, más de 10.000 millones el PIB de España. La Ordenanza para la Garantía de la Convivencia Ciudadana y la Protección del Espacio Urbano en la Ciudad de Málaga prohibe las prácticas sexuales y el ofrecimiento, solicitud, negociación y aceptación directa o indirectamente de servicios sexuales en la vía pública, entendiendo estas como espacios como aquellos situados a menos de 200 metros de centros educativos, docentes, parques infantiles, zonas residenciales o de cualquier otro lugar en el que se realicen actividades comerciales o empresariales. Sin embargo, como señala Trujillo, "el problema es que encima multan más a las chicas que a los clientes", como demuestran las 314 multas que recibieron las mujeres que ofrecieron servicios sexuales por las 31 de hombres que los solicitaron". "La demanda es lo que sigue alimentando la explotación sexual", dice Cingolani. "Es importante trabajar, concienciar y sensibilizar a los clientes sobre qué hay detrás de todas estas mujeres y que sepan que no están ahí por voluntad propia", zanja.
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