La Policía decomisa un millar de obras de arte de acusados en el caso Malaya

La mitad de las piezas se intervinieron en las oficinas del empresario Rafael Gómez Sánchez 'Sandokán' y podrían ser propiedad de Carlos Sánchez y Andrés Liétor · También hubo registros en Marbella y Granada

R. R. · R. L. / Córdoba · Málaga

14 de noviembre 2008 - 01:00

El Cuerpo Nacional de Policía ha intervenido en Córdoba, Marbella y Granada un millar de obras de arte supuestamente propiedad de varios acusados en el caso Malaya. El grueso se localizó en las oficinas del grupo de empresas de Rafael Gómez Sánchez, Sandokán, donde los funcionarios de la unidad contra la Delincuencia Económica requisaron un total de 410 cuadros que se encontraban en depósito dentro de las instalaciones del Parque Joyero propiedad del empresario cordobés, imputado en el sumario contra la corrupción en Marbella. Los nuevos registros hechos por la Policía se enmarcan en una investigación por un posible delito de alzamiento de bienes por parte de uno de los procesados.

Según un auto del juez instructor del caso, las investigaciones policiales "ofrecen claros indicios" de que el promotor Carlos Sánchez -procesado en la causa- ha trasladado obras de arte desde Marbella hasta un local de Córdoba, propiedad del constructor Rafael Sánchez, "estando preparándose su posible venta".

En el auto, el magistrado autoriza los registros y el embargo de la finca ubicada en Agrón (Granada) que fue vendida a Sánchez en febrero de 2008 por una empresa representada por Andrés Liétor -socio del primero y también procesado en la causa- por 10,7 millones de euros.

El juez Óscar Pérez recuerda que ni Sánchez ni Liétor han abonado la fianza por responsabilidad civil en el caso Malaya, que asciende a 20 millones de euros cada uno y señala que los hechos podrían llegar a ser constitutivos de un delito de alzamiento de bienes si Sánchez "hubiera llegado a ponerse en situación de insolvencia total o parcial".

La información oficial difundida por la Policía señala que las obras han sido requisadas porque, a pesar de que estaban en depósito de Rafael Gómez en una de sus empresas, no eran propiedad del joyero y constructor. Las sospechas de los investigadores se dirigen a que los bienes requisados son propiedad de Carlos Sánchez y Andrés Liétor, en libertad bajo fianza de 250.000 euros por los supuestos delitos de cohecho y malversación de fondos públicos. En el sumario del caso se califica a Sánchez como mentor de Juan Antonio Roca, el principal acusado y supuesto cerebro de la trama, en negocios relacionados con la promoción.

Las obras de arte requisadas ayer de forma preventiva bien podrían constituir los fondos de un museo público de dimensiones medias. Según la Policía, entre las obras hay presuntos títulos de artistas como Sorolla, Tàpies, Dalí o Miró, entre otros. Rafael Gómez aseguró ayer que no era propietario de las obras, pero que habían sido cedidas para hacer frente a una deuda tributaria.

La operación policial tuvo continuidad en un local comercial de Marbella, donde se localizaron más piezas de arte. Se intervinieron alrededor de 200 cuadros, 300 litografías y siete esculturas de bronce de grandes dimensiones, así como una colección de figuras de arte africano, entre otros efectos. Todas estas piezas están pendientes de catalogar.

El tercer registro tuvo lugar en Granada, donde los agentes intervinieron un cortijo valorado por los investigadores en 15 millones de euros. Su propiedad se liga directamente al constructor Carlos Sánchez. La Policía detalló ayer las condiciones de la finca, que incluía colección de arte propia, capilla con piezas de arte religioso, gimnasio, un picadero con 58 caballos y numerosas antigüedades, según la versión policial ofrecida ayer.

En relación a las obras de arte decomisadas en las oficinas del constructor cordobés Sandokán, su grupo de empresas afirmó que no son de su propiedad y que peritos del Ministerio de Cultura y de la Agencia Tributaria pretenden realizar la próxima semana una tasación de los bienes, con el objetivo de satisfacer una deuda que mantiene la empresa cordobesa con Hacienda.

Según esta versión ofrecida por el grupo del joyero, el fisco acepta como pago de tributos, bien cantidades de dinero en metálico, bien objetos que se incorporen al patrimonio histórico-artístico del país. El plan pasaba porque se analizaran las obras y pagar el valor de los cuadros a sus propietarios mediante parte del patrimonio inmobiliario que posee Arenal 2000.

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