La Policía denuncia a un bar cada mes por permitir la entrada a menores de 16 años
En 2012 los agentes han intervenido en 33 establecimientos por venta de alcohol a jóvenes · Los pubs permiten el acceso desde los 16, mientras que en las discotecas la edad se eleva a los 18 años
Establecer una prohibición de entrada de menores a bares y discotecas no quiere decir que ésta siempre se cumpla. La Policía Local se ve obligada a actuar en más de una ocasión en locales donde percibe la presencia de menores, bien porque localice en la entrada del establecimiento una aglomeración de jóvenes, lo que indica que dentro también los hay, porque policías de paisano los localizan en su interior o por denuncias de particulares.
Desde el mes de enero hasta octubre, los agentes han actuado en tres establecimientos de la capital precisamente por la entrada de menores de 16 años, teniendo estos el acceso prohibido. Y si nos remontamos tres años atrás, entre 2009 y 2011 este tipo de intervenciones en bares y discotecas llegaron a sumar 33, lo que supone que una vez al mes la Policía Local denuncia a un local y desaloja a los menores que no deberían estar en él.
Sobre los porteros de los bares recae la labor de velar por la prohibición de la entrada a menores, a través de la petición del DNI, explican en la Asociación de Discotecas y Salas de Fiesta de Málaga. En las discotecas, la entrada está prohibida para menores de 18 años, una edad que se rebaja a los 16 años en el caso de los bares. "El DNI es la única manera de impedir su acceso a los locales. Muchas veces nos hemos puesto en contacto con la Policía por el intento de falsificación, pero esto casi se ha erradicado al entrar en vigor el nuevo carné", comenta Juan Rambla, vicepresidente de la Asociación de Discotecas y Salas de Fiesta de Málaga, sobre la manera que en la que los jóvenes intentan acceder a estos locales.
"El problema viene cuando en un bar que está permitida la entrada a partir de los 16 años, éste viene con otro de 18 que pide las copas. ¿Cómo controlas eso?". Ahí reside el principal problema al que se enfrentan los bares, denuncia Rambla, por la imposibilidad de controlar ese consumo si el que pide y paga el alcohol exhibe su carné de mayor de edad y es otro el que acaba consumiéndolo. "Habría que cambiar la ley", concluye Rambla como solución.
La cuestión no pasa tanto por la prohibición del consumo como la prevención, apuntan desde el área de Juventud del Ayuntamiento. Luis Verde, concejal del ramo, hace hincapié en que se llega tarde con los planes de prevención en los institutos y que habría que iniciarlos en los colegios, porque hay que tener en cuenta que "los jóvenes tienen su primer contacto con el alcohol a los 14 ó 13 años, e incluso antes, lo que no quiere decir que sean alcohólicos, simplemente es que lo han probado", concreta. "Hay que hablarles claro en el colegio de las consecuencias de consumir alcohol, no sólo de las legales sino también de las biológicas, de cómo puede afectarles en su desarrollo, en su crecimiento", concluye Verde. El área de Juventud, como cada año, ha puesto en marcha su programa Alterna en la Movida, precisamente para ofrecer una alternativa al ocio nocturno a los jóvenes.
Las zonas en las que se concentra el ocio nocturno juvenil en la capital siguen siendo el centro, Teatinos -por la aglomeración de locales de este tipo en los últimos años- y la zona de las cocheras de la EMT, aunque esta última en menor medida, por los problemas para desplazarse hasta ella.
El dato que maneja la Policía Local sobre la venta de alcohol a menores de edad es de 43 intervenciones sólo en el año 2011 y de 33 en lo que llevamos de 2012, al incluirse en éstas también las tiendas que suministran bebidas, además de los bares y discotecas.
De los últimos años, destaca el desalojo de la Policía Local, en febrero de 2010, de un grupo de menores de entre 13 y 17 años de un bar de la zona de El Cónsul. Diez adolescentes estaban borrachos en la puerta del local gritando y armando jaleo y otra docena, en las mismas condiciones, permanecía dentro. Además, y para asombro de los agentes, había un arma, aunque descargada, con la que uno de los jóvenes apuntaba al resto.
En el mismo año, en junio, la Policía actuó en un restaurante en el que había jóvenes de entre 15 y 17 años consumiendo alcohol en la celebración de su fiesta de fin de curso. El responsable del alquiler del local -que carecía de licencia de apertura y de permiso para música- tenía tan solo 18 años.
Otros 50 menores eran desalojados por el mismo motivo en octubre de 2011, entre los que se encontraba un joven de 16 años que manifestaba ser el responsable y organizador de la fiesta. Los policías identificaron al propietario del local y denunciaron a la tienda que les había suministrado las bebidas.
En enero de este año, un mismo establecimiento era sorprendido dos veces en una misma tarde vendiendo bebidas alcohólicas a menores. La Policía Local cerró cautelarmente el local, que además ya había sido denunciado con anterioridad por este motivo.
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