Una patrulla de Policía Local estaba en ruta de contravigilancia cuando se topó de frente con una macrofiesta de unas 200 personas en una nave industrial abandonada del polígono Villa Rosa, entre Guadalmar y la Avenida de Velázquez. Eran las cinco y media de la tarde y los jóvenes bailaban al ritmo de música electrónica, probablemente desde el día anterior.

Tras entrar en la nave e intervenir varias dosis de cocaína, los agentes pidieron refuerzos para desconvocar una concentración que no había sido autorizada y donde se daban cita un gran número de jóvenes. Las calles del polígono, desiertas de forma habitual los domingos, estaban ayer llenas de coches y grupos de jóvenes.

Dos patrullas más acudieron a la fiesta que podría ser de estilo rave y que se celebraba en las antiguas instalaciones de una empresa del sector de la alimentación.

Cuando llegaron, apenas quedaban unas 50 personas a las que se les intervinieron más dosis de cocaína, además de algunas navajas, según el relato de los agentes que actuaron.

Las fiestas rave, donde se pincha música electrónica, techno o trance, empezaron a proliferar en los años 90 y se celebran normalmente de forma clandestina en parajes al aire libre.

La dirección y fecha de las raves no autorizadas se mantienen en riguroso secreto por los convocantes y sus participantes. No hay filtraciones. Ni siquiera en los foros web específicos se desvela jamás la dirección del encuentro. La única forma de conocer el enclave es con un registro como usuario en la página concreta y enviando un correo electrónico a la organización que a su vez envía el mapa a ese usuario si lo considera de confianza.

No obstante, también existen fiestas de música electrónica oficiales que se celebran en salas o discotecas que cuentan con todos los permisos. De éstas, ya hay convocadas para este mes de enero y febrero nueve fiestas.

En la mayoría de las conocidas como clandestinas se vende y compra droga con cierta facilidad y suelen durar varios días en los que muchos jóvenes aguantan sin dormir de forma artificial por el consumo de estupefacientes.