Málaga

Primaria acapara las adicciones y patologías mentales de los médicos

  • Cuatro de cada cinco facultativos con depresión, ansiedad o enganchados a alguna droga pertenecen a centros de salud · Un programa de su colegio reinserta al 90%

El alcoholismo, la drogadicción, la ansiedad o la depresión destrozan la vida de cualquiera. Pero si el enfermo es un facultativo, su patología puede repercutir en la asistencia que da a sus pacientes. Por eso, los colegios de médicos desarrollan desde hace 12 años un programa específico que trabaja en su curación y que ha logrado que un 90% se reinserte en su consulta.

Tras más de una década hay estadísticas del Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (Paime), entre las que destaca un dato: cuatro de cada cinco -78%- facultativos atendidos trabajan en centros de salud. El presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), Juan José Rodríguez Sendín, insinuó que esa elevada proporción de facultativos de ambulatorios tiene que ver con las condiciones de trabajo. "Quizás puede ser que algo está pasando en primaria que debería corregirse. La autoridad debe poner la oreja. Quizás tiene que ver con el momento en que se encuentra la atención primaria con respecto al resto de especialidades", opinó.

El Paime se centra en tratar al médico con patologías mentales y adicciones. Desde 2005 a 2010, el programa atendió en Málaga a 37 facultativos. Dos de cada tres (68%) acudieron por una enfermedad mental, como depresión o ansiedad. El tercio restante (32%) lo hizo por adicciones. De aquellos que participan en el programa porque están enganchados a alguna sustancia, la mitad es adicta al alcohol. "Es la droga más importante que tenemos", resalta el presidente de la OMC.

Según los datos aportados por el secretario del Colegio de Médicos de Málaga, Manuel García del Río, más de la mitad de estos pacientes (54%) tienen entre 36 y 50 años. Los mayores de esta edad representan el 13%, mientras que los facultativos de 25 a 35 años suponen el 32%. "Los jóvenes van en aumento por la presión psicológica", precisó Del Río. La OMC -que agrupa a todos los colegios médicos de España- justamente tiene previsto realizar una investigación para conocer las causas de este incremento entre los profesionales jóvenes y tratar de poner medidas para atajar el problema.

Las cifras del Paime recogen también que cuatro de cada cinco de estos médicos convertidos en pacientes (81%) trabajan en centros públicos. Dos tercios (69%) acuden voluntariamente y un 20% inducido por un familiar o un compañero.

En Canadá o Estados Unidos, estos profesionales son retirados de la vida laboral. Pero el programa español logra la reinserción en el empleo del 90% de los casos. "Nosotros los tratamos, los controlamos, pero los dejamos en los servicios de salud", afirmó Rodríguez Sendín.

El programa, uno de cuyos pilares es la confidencialidad para que el médico mantenga su prestigio, tiene una unidad ambulatoria en Málaga, otra de internamiento para tratamientos de unas tres semanas en Barcelona y un convenio con Proyecto Hombre para asistencias que pueden durar hasta un año. No obstante, el seguimiento se le hace de por vida. En el caso de los 37 profesionales tratados en Málaga, al menos cuatro tuvieron que recibir atención en la ciudad catalana.

El objetivo del Paime es atender al médico y garantizar a los pacientes que el facultativo que los asiste está sano y no supone ningún riesgo.

El psiquiatra que lleva el Paime, Daniel Rosado, reivindicó una unidad hospitalaria de desintoxicación para tratar a estos pacientes y concluyó: "No llegamos al 100% y queremos que accedan todos".

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