Primeros roces en la nueva era del PSOE
Los oficialistas, vencedores en las primarias, impugnan la votación en la mayor agrupación ganada por los sanchistas
La unidad interna prometida debe concretarse antes del día 21
José Luis Ruiz Espejo recibió el domingo por la noche el encargo de los socialistas malagueños de tomar las riendas del PSOE para abrir una nueva etapa después de nueve años de mandato de Miguel Ángel Heredia. Era la primera vez que los militantes decidían por elección directa a su secretario general, y aunque el resultado final en las urnas no podía anticiparse, el también delegado de la Junta en Málaga partía como claro favorito frente al sector del sanchismo, encabezado por Rafael Fuentes.
Nada más conocerse el resultado de 2.865 votos para Ruiz Espejo frente a los 1.337 para Fuentes, las primeras declaraciones en la sede socialistas se hicieron en clave de unidad y cierre de filas. Entre aplausos de los presentes y las felicitaciones del perdedor, Ruiz Espejo aseguró que Málaga "necesita un PSOE fuerte y unido" y un liderazgo "compartido". El ofrecimiento del próximo secretario general se interpretó como una oportunidad de 'coser' una organización que se ha mostrado dividida en los últimos congresos provinciales.
Sin embargo, las trifulcas se iniciaron en la misma jornada electoral, cuando la secretaria de las Juventudes Socialistas de Málaga, concejala en Cártama y miembro de la candidatura de Ruiz Espejo, Noelia Suárez, impugnó la votación en este municipio, el más grande de los gobernados por los socialistas y donde se impuso Fuentes. El problema, como sucedió con la recogida de avales, radica en los 69 afiliados que presentaron su alta en el partido antes del 1 de abril, fecha tope para el cierre del censo, si bien no fue tramitada en su momento por la gestora. Con la llegada de Pedro Sánchez tras ganar las primarias sí se ha normalizado su situación, pero desde el oficialismo se insiste en que estos militantes, todos ellos críticos, no tenían derecho a voto en este proceso . Ya ocurrió en la recogida de avales, que se quedaron fuera, lo que estuvo a punto de hacer fracasar la candidatura de Rafael Fuentes. El recurso deberá pasar a la comisión de garantías, que será la encargada de ratificar o invalidar el resultado de esta mesa electoral.
La decisión de la comisión de garantías no modificará el resultado de las votaciones internas, ya que se trata del único recurso presentado en este proceso.
Más allá de la victoria de uno de los aspirantes que quedaron en la disputa, tras la retirada de la alcaldesa de Benaoján, Soraya García, las elecciones internas iban a servir para medir las fuerzas del oficialismo, de una parte, y del descontento interno con la ejecutiva saliente. Málaga era además la única provincia junto a Almería donde los partidarios de Pedro Sánchez habían logrado presentar candidatos y en ambos casos perdieron frente al oficialismo avalado por Susana Díaz. Ayer miembros de la ejecutiva federal trasladaron la idea de que las primarias en estas dos provincias y en Granada, donde se enfrentaron dos susanistas, fueron "procesos ejemplares".
El resultado para este sector en Málaga no fue del todo satisfactorio. Sabían que tenían difícil ganar, pero esperaban poder arrancar unos puntos más a su oponente. Pese a todo, lograron que uno de cada tres votantes socialistas lo hiciera por el candidato crítico con el aparato.
De momento, la llamada a los críticos no se ha producido, ni Ruiz Espejo habló de incluir en su próxima comisión ejecutiva a Rafael Fuentes. Entre los sanchistas se espera que haya movimientos en las asambleas locales que entre el jueves y el domingo decidirán los delegados para el congreso, del que saldrá la nueva dirección. En fuentes del partido se asegura que Ruiz Espejo ya trabaja con los primeros nombres que incluirá en su ejecutiva.
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