rubén barreno. presidente de la Asociación de gestores de residuos del sur (Agresur)

"Puede haber unas 5.000 familias que viven de recoger chatarra en Málaga"

  • Las empresas de recogida de residuos están atomizadas en Andalucía, aunque mueven mucho dinero El presidente de Agresur dice que el robo de cobre está perjudicando al sector

El sector de la recogida de residuos es un gran desconocido en Andalucía aunque, según sus directivos, mueve un 20% del PIB. Lo forman principalmente chatarrerías cuya imagen está denostada por la sociedad, pues siempre han sido catalogadas como un caldo de cultivo de economía sumergida y marginalidad. Está atomizado y cada empresario hace la guerra por su cuenta. Varios de ellos decidieron hace dos años crear una asociación en Andalucía para defender los intereses comunes y mejorar su imagen. Se llama Agresur, su presidente es Rubén Barreno y ayer estuvo en Málaga para atraer a más empresas a la asociación.

-¿A quién representa Agresur?

-La mayoría de asociados se dedica a la chatarra. Ahora tenemos 40 socios en Andalucía.

-¿Cuántas chatarrerías y otras empresas de recogida hay?

-Dadas de alta y autorizadas puede haber más de mil.

-Les queda trabajo por delante.

-Llevamos dos años y nuestra idea es expandirnos. En Andalucía nunca había habido una asociación.

-¿Cómo surgió la idea?

-Debido al miedo que generó la ley 22/2011 de Residuos y Suelos Contaminados.

-¿Qué dice esa ley?

-La ley dice que si una persona hace reformas en su casa, le sobra aluminio de una ventana y lo lleva a la chatarrería lo puede vender porque es suyo y no se dedica a eso. Sin embargo, si una persona ve ese aluminio en un contenedor de basura no está autorizado a cogerlo y venderlo porque le está prohibido meter la mano en el contenedor porque es del ayuntamiento.

-Pero lo hace todo el mundo.

-Sí, porque se está dejando pero la ley lo prohíbe.

-¿Hasta qué punto les afecta?

-Hay una parte social, porque estimamos que hay unas 30.000 familias viviendo de recoger y vender chatarra en Andalucía, de las cuales unas 5.000 pueden ser de Málaga. Por otra parte, el 80% de los chatarreros de las ciudades viven de las cosas que les traen esos particulares. Si se quita eso muere ese pequeño establecimiento y afecta al resto de la cadena.

-Ustedes han creado una contra propuesta. ¿Cuál es?

-Hemos hablado con Hacienda o Medio Ambiente. Tenemos que informar sobre todos los residuos que nos llegan y eso es bueno para que haya más control. Hemos creado una plataforma, llamada Recogesur, para que los particulares tengan un carné y, pagando 20 euros al año, estén regularizados. Si uno de ellos roba y se detecta, se le da de baja inmediatamente de la asociación, al margen de la responsabilidad penal que tenga.

-¿Está ya funcionando?

-Está inscrita y regulada, a la espera de recibir el permiso de las autoridades. Cada ayuntamiento tiene que modificar las ordenanzas municipales para que una persona pueda coger la chatarra, no ya del contenedor que está prohibido, sino la que está al lado.

-¿Tampoco se puede coger la chatarra si está en el suelo?

-No. Tenemos que convencer a todos los ayuntamientos de que el proyecto es bueno. En el caso de Málaga estamos haciendo contactos para tener esas reuniones. Los políticos lo suelen ver bien, pero luego hay que hablarlo con los técnicos. En Sevilla, por ejemplo, se oponen. Pensamos que en cuanto un ayuntamiento diga sí y haya un proyecto piloto, se creará jurisprudencia y se sumarán los demás.

-Se acusa a este sector de tener mucho mercado negro.

-Se quiera o no en cualquier sector hay dinero B. Pero no se debe y hay que luchar contra ello.

-Han salido mucho en los medios además por el robo de cobre.

-Sí, y nos ha hecho mucho daño. Nosotros damos un precio que lo pone la Bolsa de Metales de Londres y vendemos a precio de mercado.

-¿Cómo controlan si el cobre que les llevan es robado o no?

-Hay mecanismos. Si te llega alguien con cobre lo primero que hay que pedirle es el DNI y preguntar de dónde lo trae. Cuando alguien trae mucho cobre y te dice que se lo han regalado se sabe que lo han robado. Las grandes compañías están poniendo ahora unos infrarrojos que detectan si el cobre es suyo o no. Las empresas tenemos que entregar todos los meses un listado a la Policía Nacional o Guardia Civil de lo que se compra y se vende por ley.

-Pero hay empresas que cogen el cobre aún sabiendo que es robado.

-Hay empresas que lo hacen por ignorancia y otras porque quieren, pero éstas últimas no están autorizadas ni hacen ningún control.

-¿Cuánto pagan por el cobre para que haya tanto interés?

-Unos cuatro euros por kilo. Es dúctil y maleable y tiene muy buena salida. Lo más caro en nuestro sector es el titanio, que se utiliza en aeronáutica, y el cobre. Por el resto de materiales dan 20 céntimos por kilo.

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