La capital malagueña sufrió ayer los efectos de la fuerza del viento, que en algunos momentos llegaron a alcanzar rachas de 90 kilómetros hora. Este fenómeno provocó numerosos desprendimientos tanto en fachadas como en el arbolado urbano, pero también afectó al desarrollo de la activiudad portuaria. Al menos cuatro buques se vieron ayer afectados por el fuerte oleaje. A primera hora de la tarde, un barco de mercancías intentó entrar en el puerto, pero finalmete desistió debido a las fuertes olas. Otro mercante de grandes dimensiones quedó fondeado fuera de la bahía tras un primer intento de aproximarse a la bocana. El ferry de Balearia con pasajeros atracóa media tarde en el puerto, con la ayuda de remolcadores. Los únicos que realizaron los trayectos con normalidad fueron los dos melilleros del día. La previsión del servicio de meteorología para los próximos días es que descienda la velocidad de forma progresiva, aunque hoy se mantendrá el riesgo de fenómenos costeros.