Recuerdo al maestro cubano

Paloma Gálvez junto a Chucho Valdés, junto a la placa con el nombre de Bebo en una rotonda.
Paloma Gálvez junto a Chucho Valdés, junto a la placa con el nombre de Bebo en una rotonda.
Nuria Alonso Benalmádena

14 de abril 2013 - 01:00

Los últimos años de vida del músico cubano Bebo Valdés están estrechamente vinculados a Benalmádena. Allí, a una casa en pleno corazón de Arroyo de la Miel, se trasladó el músico en 2005 atraído por su clima, su gente y por la cercanía al mar. Por ello, el Ayuntamiento benalmadense quiso ayer recordar a Valdés pocos días después de su muerte, al que rinde homenaje bautizando con su nombre una glorieta situada en calle Topacio. La rotonda está ubicada a escasos metros del domicilio familiar.

La alcaldesa, Paloma García Gálvez, y el hijo de Bebo, Chucho Valdés, fueron los encargados de presentar el nombre de la rotonda. Fue un acto sencillo y lleno de sentimiento, en el que se recordó la figura de este inmortal músico cubano que se convirtió en uno de los grandes protagonistas de la época dorada del Tropicana. La regidora explicó que el municipio debe mucho a Valdés, ya que él siempre llevó el nombre de Benalmádena "allí donde fue".

"Es nuestro artistas más internacional, por lo que con este sencillo gesto queremos darle nuestra gratitud, pues además de ser un gran músico, fue una gran persona", dijo la regidora. También resaltó que Valdés siempre estará presente a través de su música y su piano, por lo que su legado perdurará a pesar de su muerte.

Por su parte, Chucho indicó que su padre "era un maestro en muchos sentidos", pues no dudó en destacar su papel como cabeza de familia. Destacó el carácter humilde del músico, algo que demostraba cuando no daba importancia a los premios, ya que para él siempre prevalecía su trabajo. "Quiero dar las gracias por esto y puedo prometer que siempre estaré agradecido a Málaga por lo que nos ha dado", afirmó.

En cuanto a la relación de Bebo con Benalmádena, Chucho detalló que su padre quería vivir en España por su clima y fue entonces cuando el director Fernando Trueba le recomendó Málaga. "En 2005 se mudó y aquí ha estado hasta sus últimos momentos. Era una persona muy carismática y en Benalmádena fue muy feliz", detalló. Cuando Bebo enfermó, Chucho decidió trasladarse cerca para compartir momentos con él.

La muerte de Bebo significó mucho para el mundo de la música, según dijo su hijo, que ensalzó a su padre como uno de los grandes de la música mundial. "Hace unos años le prometí que iba a continuar con un trabajo suyo que se llama Ritmo Batanga. Es un ritmo importante y muy interesante, que comenzó cuando yo era un niño. Voy a cumplir lo que le dije" explicó emocionado.

stats