Revientan el cajero automático de Correos en San Pedro

Pasadas las 3:00 el ruido alertó a los vecinos de la calle Pizarro de San Pedro Alcántara. Un agujero en la parte trasera de la oficina de Correos era la consecuencia de la explosión que les había despertado y que les había permitido ver a cuatro hombres alejándose del lugar de los hechos.

Según las primeras investigaciones fue un cóctel de gases lo que hizo saltar por los aires el cajero automático de esta oficina así como parte de la estructura colindante e incluso una puerta. Del botín que se llevaron los cacos no se sabe aún su cuantía.

Este no es el primer atraco de estas características que se da en la parte más occidental de la Costa del Sol. El pasado mes de diciembre, también de madrugada, unos ladrones destrozaron la parte exterior del cajero de la sucursal del Deutsche Bank de Benamara, en Estepona. También en este caso parece que se utilizó una combinación de varios gases tras lo cual forzaron la puerta de acceso al banco y sustrajeron el dinero que había en el cajero automático. El botín rondaba los 9.500 euros según las primeras estimaciones.

En este caso el asalto tuvo lugar en torno a las cuatro madrugada y fueron los trabajadores de la empresa de seguridad los que dieron aviso de lo sucedido a la Policía Nacional se presentó la correspondiente denuncia que viene a sumarse a la cursada el 14 de noviembre cuando tres hombres entraron a punta de pistola en la citada entidad. En el primer atraco a esta sucursal mientras uno de los delincuentes amenazaba al cliente que se encontraba en el interior de la oficina, los otros dos exigían a los trabajadores que les entregaran el dinero del cajero.

Según explicó el vecino que se encontró con la desagradable sorpresa a la hora de ir a cobrar unos cheques, los atracadores eran españoles y se hicieron con un botín que rondaría entre los 30.000 y los 40.000 euros. La de San Pedro no ha sido la única oficina de Correos que ha sido asaltada en la provincia. A finales del año pasado, la entidad del paseo de los Tilos, en la capital, sufría un atraco a mano armada.