Cristales rotos, restos de mobiliario, ordenadores, ladrillos, estructuras metálicas caídas por todos lados. Así ha quedado, convertida en un amasijo de escombros, casi la totalidad de la sucursal bancaria de Cajamar en la barriada de El Palo, después de que anoche detonaran explosivos para robar su cajero automático. Se desconoce, por el momento, cuánto dinero han podido sustraer los atracadores. 

El suceso en la sede de la entidad financiera situada en la avenida Juan Sebastián Elcano se produjo minutos después de las 2:00 de la madrugada. Los vecinos escucharon una gran explosión que alertó a decenas de residentes de las inmediaciones. A pesar de lo aparatoso, no hay que lamentar daños personales, aunque sí cuantiosos desperfectos. 

Una comerciante y vecina de la zona relataba en la Cadena Ser que "fue como un terremoto, un cimbreo, un ruido muy grande, el susto ha sido enorme", y ha apuntado que estaba toda la zona afectada acordonada. Los bomberos, tras la primera actuación de emergencia de la noche, se encuentran este sábado evaluando los daños estructurales que la detonación haya podido ocasionar en el resto del edificio, un bloque de viviendas cuyos bajos estaban ocupados por la sucursal bancaria. 

Un vigilante ante la sede de la entidad financiera.

En torno a las 2.10 horas de la madrugada del sábado, el servicio Emergencias 112 Andalucía recibió varias llamadas de vecinos que habían escuchado una explosión en el número 184 de dicha avenida. El centro coordinador dio aviso a Policía Nacional y Policía Local, que se desplazaron hasta el lugar de los hechos, un cajero automático que había sido reventado con un artefacto explosivo.

Los bomberos acordonaron la zona.

Fuentes del Cuerpo Nacional de Policía, quien se ha hecho cargo de la investigación, han informado al 112 de que no constan personas heridas pero sí numerosos daños materiales a consecuencia de la detonación.

No es la primera vez que sucede un suceso de este tipo. Seis personas acusadas de formar parte de una organización criminal dedicada a cometer robos mediante el empleo de explosivos fueron juzgados en 2019 en la Audiencia Provincial de Málaga y se enfrentaron a una petición fiscal total de 66 años de prisión por perpetrar este tipo de delitos.