Rincones vegetarianos
La capital reúne entre sus calles varios restaurantes con un sinfín de banquetes para aquellos que no consumen carne
En los últimos años son cada vez más las personas que han decido cambiar su estilo de vida y ser vegetariano. Esta particular tendencia es más bien una actitud y una forma de vida que rehusa otras formas de beneficio de los animales para producir bienes de consumo o para la distracción humana. En la misma línea, se encuentra el veganismo, que no se come nada procedente del animal, excluyendo así la leche y el huevo.
"Los restaurantes más normales no suelen tener opciones vegetarianas, es difícil encontrar una tapa que no sea tortilla de patata", reclama Diana, una chica vegetariana. Como ella, seguro que más de uno ha encontrado algún que otro problema cuando ha decidido salir a comer fuera de casa y la carta de elección se ha quedado corta. Por si alguno aún no lo sabe, Málaga acoge en el centro varios restaurantes exclusivamente vegetarianos y veganos.
Paseando por la Plaza de la Merced se puede encontrar Cañadú, un restaurante que lleva ahí 18 años. Es un local amplio, decorado con un estilo rústico y el color amarillo de sus paredes lo hace acogedor. Este mesón ya es muy conocido entre los ciudadanos, "tenemos muchos clientes fijos", declara Romero, jefa de cocina del negocio. La variedad de comida es extensa, "aparte de una larga carta, contamos con un menú que cambiamos todos los días", relata.
Junto el teatro romano está el Vegetariano de la Alcazabilla. La dueña, María Angélica Fontana, originaria de Argentina, cuenta que el negocio es familiar y lleva abierto 20 años. "Lo que hace particular este lugar es que su comida es una fusión entre la gastronomía argentina, italiana y andaluza, así lo revela su propietaria.
Adentrado por las callejuelas de la ciudad, en la Plaza de los Mártires, tropezamos con Calafate, un vegetariano con siete años de vida. "La idea surgió de dos amigos que viajaron a la zona Calafate de Argentina y decidieron probar algo nuevo aquí", narra José Ferias, uno de los socios. Es un local menudo y agradable. Aquí también cambian el menú día a día, la porra y ajo blanco son dos platos que nunca faltan.
El Karmem es otro negocio vegano. Es un local pequeño y muy particular. Lola Lara es la dueña y la encargada de todo "soy la dueña del negocio, camarera, cocinera y la relaciones públicas". Mientras habla sigue con su tarea. Entre manos tiene más de una docena de hamburguesas que ha elaborado ella misma. Explica que ella elabora personalmente el menú y cada plato. "Intento que cada plato sea acto para todo el mundo", confiesa.
Al contrario de lo que piensa mucha gente, la dieta vegetariana no es nada aburrida. Además, tiene beneficios para la salud. "Lo noté en el estado de ánimo, estoy mucho más activa", cuenta Diana.
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