Ropa diferente hecha aquí

l Galerías Goya, planta baja. Entrada por la calle Calderería o Plaza Uncibay.

Diseños divertidos y llenos
Diseños divertidos y llenos

SIN PATRONES

Llega un elegante y sencillo adorno floral a la tienda Sin patrones, en la planta baja de Galerías Goya. Aún huele a pintura y a nuevo. Mónica trae una lámpara customizada y Mage, la dependienta, se acerca a comprar unos botones. Con la ayuda de Javi dan los últimos retoques antes de la inauguración oficial de este establecimiento singular. En sus perchas cuelgan vestidos, faldas, pantalones y chaquetas realizadas en el taller que tienen en la calle Eugenio Gross. Allí crean ropa diferente con sello malagueño.

Diseños divertidos y llenos de color, prendas más casuales que sientan bien en cualquier ocasión, faldas con tablas o sin ellas, vestidos largos, cortos, estampados, de lana, conjuntos para salir de noche y para el día a día. Además de los productos de la marca Sin patrones, la tienda también cuenta con otras marcas y con las creaciones de Lucía Álvarez, de El tendedero de Lucía, Hilario Carruana, Úrsula Serreck, Gema Moreno de La ladrona de estrellas y Machecha Productions.

El establecimiento además de moda también vende complementos, sobre todo bisutería y zapatos. Además, tiene una línea de hombre y pretende, en un futuro próximo, introducir artículos reciclados y customizados. "Hemos querido hacer algo diferente, prendas que sean creativas, modernas, que no pasen de moda, no hacemos básicos porque eso se puede encontrar en otras tiendas", explica Mónica Palomino, directora de la empresa de inserción Aidei, encargada de poner en marcha el proyecto.

Sin patrones es el reto materializado de Aidei, promovida por la asociación Arrabal. Todo comenzó hace un año con el objetivo de favorecer la inclusión sociolaboral de las personas en situación de riesgo de exclusión social. Un total de 15 personas del Centro de Inserción Social de Málaga hicieron un curso de formación de corte y confección y patronaje. Algunas de ellas trabajan hoy en el taller de Sin patrones.

Un total de seis personas trabajan en Aidei, una empresa de tránsito en la que los empleados permanecen de seis meses a tres años como máximo. Tras la formación, tienen un tutor laboral para adquirir habilidades psicosociales.

"No quería emprender una línea de negocio que estigmatizara más al colectivo, ya muy encasillado, y pensamos en otras ocupaciones", asegura Mónica Palomino, que pensó en una tienda de moda. Pero la atención de un comercio de este tipo sólo ocuparía a una o dos personas y para ampliar la inserción pensaron en que lo mejor sería encargarse de todo el proceso.

"Esto es un todo, desde que se compra la tela hasta que ves colgada la ropa en la percha, formar parte del proceso completo es muy enriquecedor y estamos muy ilusionados", comenta Mage García, dependienta e integradora social. En dos semanas montaron la tienda para poder aprovechar la campaña navideña y los precios son muy competitivos. Sólo queda que la clientela se deje fascinar por la imaginación que derrocha la nueva marca malagueña.

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