Málaga

Rumbo a Afganistán

Las primeras despedidas de los legionarios rondeños se vivieron ayer en el patio de armas del acuartelamiento General Gabeiras de Montejaque, desde donde partió la primera avanzadilla con destino Afganistán. Ayer partió desde el aeropuerto de Málaga un avión fletado por el Ejército español con 160 efectivos a bordo. Entre ellos se encontraban miembros de diferentes unidades con base en Almería o Madrid, que complementan la unidad que relevará a las tropas actualmente desplegadas, y que en un 80% está compuesta por efectivos de la Legión con base en Ronda. Entre éstas se encuentra personal del Batallón de Helicópteros de Transporte V con base en Colmenar Viejo (Madrid) y de la Unidad de Apoyo Logístico número 21 de Sevilla.

Algunos familiares acudieron a las instalaciones militares para estar con ellos hasta el último momento de la partida, aunque las lágrimas fueron las grandes ausentes de este momento tan emotivo, y únicamente se pudieron ver en los ojos de los más pequeños cuando vieron partir a sus padres. Otros prefirieron que la despedida fuese en la intimidad de sus casas, evitando de este modo el complicado momento de verles partir. La mayoría confían en que sus seres queridos volverán sin novedad de esta misión internacional. Según los propios responsables militares, una de las "más difíciles" a las que se ha enfrentado el Ejército español desde que participa en este tipo de misiones. Tampoco faltaron las despedidas entre los compañeros que se quedan y aquellos que marchan al país afgano.

A partir de hoy sus familiares estarán pendientes del teléfono, esperando una llamada para recibir noticias, o pendientes de la televisión para conocer un poco cómo se encuentra la situación del país asiático. No obstante, la mayoría parece asumir con normalidad la situación, señalando que "es su trabajo". A pesar de ello, no dejan de reconocer que el riesgo existe y que la intranquilidad también. Además, algunos se perderán momentos emotivos de sus familias, como la celebración de la primera comunión de algunos de sus hijos.

Entre ellos se encontraba el propio coronel Martín Bernardi, que ayer despidió personalmente a sus hombres a las puertas del autobús que les trasladaba hasta el aeropuerto malagueño. Su turno de salida llegará la próxima semana, cuando parta el grueso de la unidad, que estará compuesta casi por 1.000 efectivos, y que estarán bajo su directa responsabilidad. Ayer muchos desearon a sus compañeros que vuelvan "sin novedad" tras los cuatro meses que está previsto que permanezcan lejos de su base y sus hogares.

Para ello contarán con los nuevos vehículos blindados RG-31 y Lince, para lo que los conductores han tenido que pasar un intenso curso de adiestramiento y manejo de los mismos, al ser totalmente diferentes a los actuales BMR, que el Ministerio de Defensa tiene previsto retirar de las misiones internaciones de forma gradual. Este tipo de blindados presentan una mayor resistencia ante posibles ataques con bombas trampas de la insurgencia talibán. A pesar de todo, uno de los mayores riegos es el peligro de accidentes en los lagos recorridos por caminos que se encuentran en su totalidad sin asfaltar.

El nuevo contingente de relevo se desplegará en las próximas semanas en torno a la Base General Urrutia y en la nueva Base de Qala e Naw, provincia de Badghis, y en la Base Logística Avanzada de Herat con el objetivo de proporcionar un ambiente de seguridad y estabilidad a la zona asignada por la OTAN. El control de estos puntos irá siendo entregado de forma gradual a los nuevos soldados españoles por sus compañeros, estando previsto que esté completado para finales del mes de marzo.

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