Discapacidad

¿Sabe dónde está la Cruz Roja?Trops recibe una ayuda de 1,3 millones de euros para su nueva planta

  • La mayoría de las veces calificamos a las ciudades sobre unos estereotipos que creados sobre ellas, pero que no atienden a la realidad · Lo mismo pasa con algunos colectivos de discapacitadosLa cooperativa agraria es líder nacional en la producción y venta de mangos

HAY ciudades que se caracterizan por algo muy concreto, o mejor dicho, identificamos ciertos conceptos con determinadas urbes, sin conocer la mayoría de las veces, cuál es el origen de estos vínculos, sin embargo como eslabones de una cadena vamos trasladando continuamente el mismo mensaje.

Puede ser una película, una novela, un exagerado hecho histórico o simplemente la invención de algún publicista que ha hecho el negocio de su vida.

De esta forma París, es la ciudad del amor; Roma, la Eterna; Atenas, la ciudad antigua; Cuenca, la Encantada; Florencia, la Medieval; Venecia, la ciudad del Carnaval, y así un largo etcétera de calificativos que han servido para vender, promocionar y dar a conocer a estas ciudades europeas.

Barcelona se conoce por muchas cosas, sin duda es una de las grandes de España, y mas allá de sus éxitos deportivos recientes (fútbol y baloncesto, por ejemplo), se caracteriza por los numerosos centros de atención a personas con discapacidad que existen en la urbe.

De hecho, junto a Ávila y Málaga, ha sido finalista de los premios Europeos de Ciudad Accesible, lo que sin duda la posiciona al menos en la respetable posición de quien está en el camino correcto, aunque todavía le falten cosas por hacer.

Las ciudades son mucho más que lo que sus administraciones planifican, incluso son mucho más que lo que se lleva a cabo, es más, su carácter sólo se ratifica si sus integrantes asumen dicha labor y la llevan a la práctica.

Si un pueblo no se identifica con un mensaje difícilmente este tendrá éxito. Todos creemos por ello, que los parisinos sienten el amor más que nadie, y más de uno/una, ha soñado vivir una aventura con algún residente de la capital francesa.

Estos apellidos no siempre son de tan buen gusto, y muchas veces las ciudades, o los colectivos específicos, ven como sobre su espalda se cuelga algún que otro calificativo.

Sobre las personas con síndrome de Down siempre se ha dicho que son muy cariñosos, y aún recuerdo como un padre de esta asociación me decía: " ¿Cariñosos?, ¿Cariñosos? Les dejaba yo a mi hijo unos días, se iban a enterar".

Y es que las generalidades normalmente conducen a error, y es normal, no todos cabemos en el mismo saco, ni todos queremos o aceptamos simplemente estar en algún grupo en concreto.

Barcelona vivió unas Paraolimpiadas, (Barcelona'92), y esto es algo que marca una ciudad para siempre.

Estos días, paseando por esta fantástica urbe un chico me preguntaba si era atleta paralímpico. Si había participado alguna vez en unas olimpiadas, y que admiraba mucho los esfuerzos que una persona con discapacidad tenía que hacer para salvar las barreras del día a día.

Después de estos momentos uno sale crecido, y es normal, a todos nos gusta que nos animen y que valoren los esfuerzos.

Pero como si de un guión se tratase, o más bien, como si hubiese una cámara oculta, a los quince o veinte metros dos señoras mayores me preguntaron si sabía dónde estaba la Cruz Roja.

Para no argumentar que no era de la ciudad y dejar a las adorables abuelas sin respuesta les indique que podían preguntar en una parada de taxi que había en las cercanías, (se veía a no más de cien metros).

Me contestaron que venían de allí, que ya habían preguntado, pero que el taxista no sabía dónde estaba la Cruz Roja, pero que al verme a mí, habían supuesto que yo sí sabría dónde estaba.

Son las dos caras de una ciudad, de las miles que pueden existir, de esas que debemos unificar para que un mensaje cale y tenga éxito. No es fácil que conozcan a una ciudad por ser accesible, para eso no sólo es necesario eliminar las barreras físicas, también hemos de conseguir eliminar los obstáculos y estereotipos que existen sobre las personas con discapacidad.

La Consejería de Agricultura y Pesca entregó ayer una resolución de ayudas por 1,3 millones de euros destinadas a sufragar parte de las obras de ampliación de las instalaciones que la cooperativa agraria Trops, principal comercializadora de mango de España, tiene en Vélez-Málaga.

La directora general de Industrias de la Junta, Ana María Romero, visitó los trabajos, presupuestados en 17 millones de euros, y subrayó a los periodistas "la importancia" que el Gobierno andaluz da a empresas agroindustriales como Trops, "detrás de las cuales está el porvenir y el futuro de muchos municipios".

El gerente de Trops, Enrique Colilles, afirmó que el proyecto de ampliación de las instalaciones va a permitir a la cooperativa "seguir siendo líderes a nivel europeo" y seguir posicionándose "en los más de 20 mercados a los que suministra su producción tropical".

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