Sabores de la patria querida

MESÓN ASTUR

Casi 1.000 kilómetros separan Asturias de Málaga. Una distancia que se reduce a la nada cuando se visita el Mesón Astur y el comensal toma un culín de sidra. Este establecimiento situado en el centro de Málaga ofrece una buena muestra de los placeres de la gastronomía asturiana y quien lo prueba repite. Tras la barra del bar está Eduardo Terente, dedicado a la hostelería desde hace 22 años y al frente de este negocio en Málaga desde hace ocho. "Tenía familia aquí y en Asturias las cosas iban regular, un primo me avisó de este local, lo vi, me gustó y nos mudamos". Su mujer es la que se encarga de la cocina, donde lo tienen todo prácticamente listo para ofrecer un servicio rápido a los clientes. "Parece que la gente tiene mucha prisa, todo lo tenemos prácticamente preparado para que salga de la cocina lo más rápido posible. Esa es una diferencia con Asturias, allí la gente es mucho más paciente, un local como esté podría estar atendido por dos personas, pero aquí necesitamos seis".

La carta del Mesón Astur incluye un delicioso pastel de cabracho casero, un producto típicamente asturiano hecho a base de pescado de roca, nata, huevo "y un secreto". El cabrales también tiene un papel protagonista en el menú, ya que se puede degustar con escalopines, en forma de croquetas o como salsa de patatas. Y por supuesto, como en cualquier rincón asturiano, no pueden faltar las fabes, aunque Eduardo las recomienda sólo para el mediodía, "pero hay quien se las ha tomado a las doce de la noche". La carta también incluye sabrosos chorizos a la sidra, varios revueltos, pulpo a la gallega y lacón cocido .

Y para acompañarlo todo no puede faltar la sidra, que al principio según n cuenta el propietario costó que simpatizase con el público malagueño, pero ahora ya es una más. Eduardo recuerda que la sidra no es una cerveza ni un vino, sino que hay que bebérsela "del tirón": "Una vez escanciada, hay que bebérsela en el momento, no se brinda con la sidra, porque si dejas que repose, pierde la fuerza y la gracia del escanciado". El Mesón Astur recibe la sidra directamente de Asturias a través de un amigo de su propietario, que cada seis semanas nutre de esta bebida a base de manzana al local. Además, no se preocupe si no sabe escanciarla o Eduardo no puede atenderle en ese momento, el bar cuenta con "escanciadores automáticos", que no permiten no desaprovechar ni una gota. Eso sí, siempre mucho mejor una sidra bien escanciada.

Día tras día, el Mesón Astur ofrece un lleno absoluto, a pesar de tener pocas mesas y ser un lugar donde se disfruta al pie de la barra, el ambiente ha casado a la perfección con el público malagueño. ¿Cuál es el secreto? Eduardo Terente cree que "la gente se cansa de la ensaladilla rusa y los boquerones y busca variedad y cambiar de tapas. Además de que el servicio es bastante rápido".

Motivos no faltan para disfrutar en buena compañía de este rinconcito norteño que se abre en pleno centro de Málaga, donde se puede ir a comer o simplemente a beber unos culines y terminar entonando aquello de Asturias patria querida.