El marqués de Paúl, Carlos Gutiérrez-Maturana-Larios Altuna, es desde hace tres semanas el nuevo presidente de Sociedad Azucarera Larios (Salsa), la empresa que agrupa todo el patrimonio de esta histórica familia y que es una de las mayores compañías de la provincia. El marqués ha sustituido en el cargo a Bárbara Gutiérrez-Maturana Kalaschnikoff, que ocupaba el puesto desde octubre de 2006 y que sigue como accionista, así como sus dos hijas Bárbara y Cristina.

Fuentes de la empresa confirmaron ayer a este diario el cambio en la presidencia del consejo de administración aunque no quisieron realizar más valoraciones ya que todavía hay una serie de trámites burocráticos por resolver. Aunque la nueva directiva ha sido inscrita en el Registro Mercantil, aún no ha sido publicada oficialmente y también se está a la espera de que culmine un procedimiento judicial en el Tribunal Supremo. Carlos Gutiérrez-Maturana-Larios, quien ya fue consejero delegado en 2002, ha recuperado el mando de la compañía y, según fuentes de la empresa, "ha transmitido un mensaje de tranquilidad y continuidad" a los empleados.

La historia es compleja y propia de cualquier serial de familias ricas disputándose una herencia. El cuarto marqués de Larios, José Antonio Larios Franco, se casó con una enfermera malagueña, Pilar Príes, pero no tuvieron descendencia. No obstante, el marqués adoptó al hijo que su esposa había tenido previamente con Carlos Gutiérrez-Maturana y Matheu, un héroe de guerra que murió en 1936. El hijo se llamaba Carlos Gutiérrez-Maturana-Larios y Príes y fue el gestor de las empresas de la familia Larios, así como marqués de Paúl, un título que recuperó en 1951.

El marqués se casó dos veces. De su primer matrimonio nació Carlos Gutiérrez-Maturana-Larios Altuna -el actual marqués de Paúl tras el fallecimiento de su padre en 2004-, y se unió en segundas nupcias con Bárbara Gutiérrez-Maturana Kalachnikoff y tuvo tres hijas (una de ellas falleció en 2002).

El progenitor murió en 2004 dando paso a una batalla legal por la herencia entre el hijo del primer matrimonio y la segunda familia. Bárbara Gutiérrez-Maturana Kalaschnikoff y sus dos hijas pasaron a controlar Salsa mientras se dirimía la batalla legal en los juzgados. Finalmente, en febrero de 2008, la sección segunda de la Audiencia Provincial de Albacete falló a favor del actual marqués de Paúl. Según publicó La Verdad de Albacete en esa época, el juez dio "validez y eficacia" a la donación hecha por Carlos Gutiérrez-Maturana-Larios Príes a su hijo a través de un documento firmado en mayo de 2000 en el que se le daban 135.252 participaciones de la empresa Mazacruz S.L., la firma matriz del resto del grupo. El juez señaló que el anterior marqués dio estas participaciones de forma consciente "y así lo reconoció en su testamento". Casi tres años después, el primer hijo del ex marqués regresa a dirigir una empresa en la que ya fue parte activa en 2002 y en la que, entre otras cosas, fue el encargado de inaugurar el centro comercial El Ingenio en Vélez-Málaga, propiedad de Salsa.

Sociedad Azucarera Larios es una de las mayores compañías de Málaga hasta el punto que tiene una cartera de suelo con más de 10 millones de metros cuadrados. Su principal negocio es la promoción inmobiliaria, aunque también cuenta con alquiler de oficinas, establecimientos turísticos, arrendamientos rústicos o explotaciones agrícolas. En este último apartado, Salsa posee una finca de 11.000 hectáreas llamada Dehesa de los Llanos en Albacete que fue adquirida por los marqueses de Larios a finales del siglo XIX y en la que actualmente producen quesos y vinos de alta calidad. En Málaga capital está intentando realizar desde hace varios años un hotel de cinco estrellas en el antiguo Palacio de Marqués de la Sonora.

La empresa ha tenido varios directores generales en los últimos años como Juan López Cohard, Fernando Ferrero y, en estos momentos, es María Mata. Sociedad Azucarera Larios tiene, según los datos del Registro Mercantil, un capital social de 27 millones de euros y un activo de 238,6 millones de euros. En el año 2009 facturó 45,2 millones de euros -un 22,8% más que en 2008 pero lejos de los 79,7 millones de 2005 cuando el sector inmobiliario estaba en pleno auge-. El beneficio neto en 2009 ascendió a 771.200 euros, una cantidad también lejana a los 36,1 millones de 2007.