La Fundación Diocesana de Enseñanza Santa María de la Victoria, que gestiona el colegio concertado San Patricio, ratificó ayer en el pleno del patronato su postura en el caso de la menor transexual. Según fuentes del entorno familiar, el centro seguirá tratando a la niña como un varón incumpliendo así las exigencias de la Fiscalía y de la Delegación de Educación, que pedían que se respetase la identidad de género de la alumna. La Fundación no considera que su actitud genere problema alguno ni que se pueda tachar de discriminatoria, según fuentes cercanas a la niña.

A pesar de este nuevo varapalo para la familia, no era una decisión inesperada. "La fiscal de Violencia de Género ya intuía que no iban a cambiar de postura y comentó a los padres que se procederá a denunciar al centro por discriminación", apuntó ayer Eva Witt, presidenta de la asociación Chrysallis. "Confiamos ciegamente en las actuaciones que va a llevar a cabo la Fiscalía, sabemos que va a utilizar los recursos necesarios para que la situación se resuelva favorablemente", añadió Witt.

A comienzo de curso, la Delegación de Educación ya le requirió al colegio ciertas medidas "de carácter interno que son compatibles con el cumplimiento de la normativa vigente en materia educativa así como con la organización y funcionamiento del centro y en absoluto interfieren con los derechos ni con el proceso educativo del resto del alumnado", explican desde Educación. Entre dichas instrucciones está el adecuar la documentación interna (listas de clase, carnet de estudiante, boletín informativo de notas), considerando el género con el que se siente identificado la alumna, que el profesorado del centro se dirija a la niña por el nombre con el que acuerden la familia y la menor y reconocer y aceptar la posibilidad de vestir con ropas o uniforme femenino o masculino, en función de la identidad de género. Ninguna de estas medidas se ha llevado aún a cabo.