Santos Mártires, incluso sin fiesta
La Congregación de Ciriaco y Paula vive una jornada con público y sol en las calles del centro La procesión contó con el obispo Jesús Catalá y una amplia representación del Cabildo Catedralicio
El 18 de junio es la fecha que falta por marcar en rojo, de las fiestas de guardar, en la ciudad de Málaga. Los Santos Mártires, Ciriaco y Paula, fieles a buscar su propia identidad y sello en el día de su onomástica, mantienen su procesión de alabanza y el pueblo les corresponde con la presencia en las calles, a pesar de no ser festivo.
A mediodía salía desde la parroquia de los Mártires el traslado de las imágenes hasta la Santa Iglesia Catedral, en unas sencillas andas, para partir desde el templo mayor de la ciudad una vez que la eucaristía dedicada a las imágenes finalizase.
Con exquisita puntualidad salía a las 19:00 el cortejo, que iniciaba su andadura con la figura del pertiguero delante de la cruz parroquial, algo típico de las primeras procesiones que se celebraron en la ciudad. Tras ésta, la banda de cornetas y tambores de la cofradía de la Estrella interpretaba La Expiración a su paso por calle Santa María. El cortejo, extenso en representaciones, estuvo formado por prohermandades y grupos parroquiales, pocas cofradías de Pasión -Humildad y Paciencia, Descendimiento y Piedad, además de las pertenecientes a la feligresía de los Mártires- y muchas representaciones de hermandades de Gloria, así como la Corporación municipal en la que coincidieron, aunque fuese pocos minutos, Francisco de la Torre y Juan Cassá.
El trono de los Santos Patronos enfiló calle Santa María con los últimos rayos de sol para continuar por la plaza del Obispo, donde continuó su discurrir por palilleras de la banda de cornetas y tambores de El Carmen para permitir el sonido del carrillón, que quedó eclipsado por las cajas chinas.
Las andas procesionales contaron con el adorno de claveles rojos y blancos, monte de corcho con pitas y una penca de biznagas, así como palmas blancas y un granado completo, árbol en el que cuenta la historia que fueron martirizados los dos jóvenes.
A medida que avanzaban las horas para la llegada a la parroquia del Centro, el cortejo procesional perdía el orden en su discurrir por calles más anchas, en una fiesta que tanto cofrades como malagueños deben apoyar y reivindicar aún mucho más.
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