Solidaridad en kilos de alimentos

María Fidalgo y Paquita Martínez salían ayer del supermercado como cualquier otro día, con la salvedad de que las bolsas las dejaron allí y se fueron con las manos vacías, porque los alimentos los donaron para familias necesitadas. Sabían que empezaba la gran recogida impulsada por los Bancos de Alimentos de Andalucía, por lo que con una cesta hasta arriba de leche, pasta, batidos, atún y café aportaron su granito a esta campaña -que se inició ayer y se mantiene durante todo el día de hoy en 270 supermercados de la provincia-.

Estas amigas son sólo dos de los miles de ciudadanos que durante dos días se convierten en los protagonistas que harán posible que se donen en la provincia kilos y kilos de alimentos, y quien sabe si llegando incluso a superar el objetivo de 400.000 kilos. Mientras, un matrimonio pasaba por caja y colaboraba con 30 euros de productos para niños pequeños -leche en polvo, papilla y potitos-. Otra mujer les decía a los voluntarios: "te doy poquito que ahora voy a otro supermercado y quiero poder dar algo más". A su vez un hombre dejaba ocho cajas de diferentes tipos de cereales. Y María Victoria Ramos exclamaba: "He comprado alimentos para niños, porque son los que me dan más lástima".

La solidaridad de los malagueños quedó ayer patente desde que abrieron los comercios de la provincia. Los 3.000 voluntarios desplegados por la provincia se mostraban entusiasmados con el buen ritmo en la recogida. A la entrada de los supermercados ofrecían amablemente las bolsas de la campaña por si los clientes querían colaborar. "Es emocionante cómo la gente se vuelcan con los que lo están pasando mal", comentaba María Rubio, asombrada porque en menos de dos horas ya habían tenido que retirar el primero de los contenedores, lleno hasta arriba. "Todo el mundo nos dice que a ver si conseguimos superar el récord del año pasado", aseguraba María Rubio, entusiasmada por ver si cuando hoy cierren los supermercados se habrá superado el récord del año pasado y el objetivo de éste.

Ana García es otra de las voluntarias, que pertenece a la Fundación UMA (Universidad de Málaga) y es el segundo año que se suma a la Gran Recogida de Alimentos. Pasadas unas horas desde la apertura de los comercios, tenía la sensación de que "este año la gente parece que está muy sensibilizada con los pequeños". Y es que la gente no paraba de depositar en los contenedores potitos, leche en polvo, papilla y todo tipo de alimentos no perecederos para los niños.

A través de las redes sociales fue como Blanca González se apuntó como voluntaria para la recogida y ayer se encargaba de ayudar con las bolsas a la gente que quería colaborar, colocando los productos en los contenedores. Blanca es estudiante de Bellas Artes de la Universidad de Málaga y pertenece además a la asociación AVOI de voluntariado hospitalario en Málaga, por lo que acude a menudo al Materno a jugar con los niños. "Ahora con la Navidad, hay más espíritu y la gente se anima a colaborar más", comentaba mientras dos mujeres la abordaban con bolsas cargadas de productos. Al finalizar de la Gran Recogida, todos los alimentos recogidos pasará a formar parte del proceso de reparto que realizan los Bancos de Alimentos.