Málaga

Sólo un tercio de las quejas por ruido se solucionan antes de la vía judicial

  • La Oficina del Defensor del Ciudadano edita una guía para dar a conocer la normativa sobre contaminación acústica

Cada vez son más las quejas por ruido que terminan en los tribunales y sólo un tercio de los casos se solucionan antes de llegar a este extremo. Son los datos de la Oficina del Defensor del Ciudadano de Málaga, que en cinco años ha tramitado ya más de 400 reclamaciones relacionadas con la contaminación acústica. Las molestias causadas por los bares de música y las terrazas al aire libre siguen siendo las más frecuentes, aunque empiezan a ocupar un lugar destacado las derivadas del ruido que ocasionan los pisos ubicados en edificios residenciales y que son usados de forma ilegal para ejercer la prostitución.

Son precisamente este tipo de casos, según explicó ayer el Defensor del Ciudadano de Málaga, Francisco Gutiérrez, las quejas de ruido que suelen resolverse con mayor celeridad. El resto, en cambio, no reciben una solución inmediata debido a que "las administraciones responsables no hacen nada para evitarlo", aseguró.

La Oficina dependiente de la Diputación Provincial de Málaga ha editado unos 500 ejemplares de una guía con la que pretende que los ciudadanos tengan conciencia de que "no hay que resignarse frente al ruido y que hay normativa suficiente para ponerle freno", según aseguró.

El ruido provocado por los lugares de ocio como bares, terrazas, discotecas y puertos deportivos aglutinan la mayor parte de las quejas que recibe esta oficina. El centro histórico de Málaga sigue siendo uno de los puntos calientes a pesar de la prohibición del botellón desde hace un año. Ahora, señaló Gutiérrez, el problema "se ha irradiado a las plazas y jardines de numerosas barriadas como Huelin, El Palo o La Goleta".

Pero también, según el Defensor del Ciudadano, existen otros puntos donde los vecinos "están viviendo un auténtico calvario" como El Romeral que ha sido declarada zona acústicamente saturada después de las continuas quejas que recibían los numerosos bares y terrazas autorizadas en el barrio. Es, en su opinión, un ejemplo de "una mala planificación" que también se repite en la zona del Camino de San Rafael por la ubicación de dos grandes discotecas.

No se trata, dijo, de "cerrar estos establecimientos si no de no anteponer el derecho del ocio al del descanso de los ciudadanos", ya que es "una cuestión de voluntad política terminar con este problema".

Fuera de la capital, los puntos más conflictivos por culpa del ruido que soportan los vecinos siguen siendo el entorno de los puertos deportivos de Benalmádena y Estepona, y la plaza del Balcón de Europa en Nerja.

El tráfico rodado por la ausencia de pantallas aislantes en la zona de Guadalmar o Churriana, y la actividad de los transformadores eléctricos de Benalmádena, Álora y Cártama son también los protagonistas más habituales de las quejas por ruido que recibe esta oficina.

Le siguen las provocadas por animales domésticos, sobre todo, por el ladrido de perros y una reciente relacionada con las molestias que ocasionaba la cría de gallos de pelea en una nave de Álora situada en plena zona urbana.

Ante la pasividad de algunas administraciones para atajar el problema del ruido, el Defensor del Ciudadano recomendó la vía judicial porque "no es sólo una molestia si no que está demostrado que supone perjuicios para la salud".

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