Superar las barreras gracias a la inclusión social

Campus sin Límites de la UMA acoge durante una semana a 23 niños, 13 de ellos con discapacidad Entre las actividades realizadas por los menores están visitas a monumentos y museos y excursiones a Selwo

Rocío Benavides durante la traducción simultánea que le fue realizando ayer a Cecilia en la charla sobre innovación social en La Noria.
Rocío Benavides durante la traducción simultánea que le fue realizando ayer a Cecilia en la charla sobre innovación social en La Noria.
Maribel Henares Málaga

04 de septiembre 2014 - 01:00

Las barreras con las que aparentemente puede encontrarse una persona que tiene reconocida cualquier tipo de discapacidad disminuyen cuando cuentan con algún apoyo y los 23 niños de Málaga y Jaén que han participado en el campamento inclusivo Campus sin Límites que ofrece la UMA han podido comprobarlo.

De ellos, 13 cuentan con algún tipo de limitación pero todos tienen algo en común y es que además de estar en tercer y cuarto curso de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), en Bachillerato o en Formación Profesional, tienen ganas de hacer actividades en las que se puedan divertir a la vez que conocen gente nueva de su edad.

Es el caso de Paula y Cecilia, con discapacidad móvil y auditiva respectivamente, una semana les ha bastado para hacerse buenas amigas durante su convivencia diaria. Paula recuerda con especial cariño el primer día tras su llegada al campus donde el grupo hizo una especie de convivencia en la que cada uno se iba presentando y explicaba cuáles eran sus inquietudes a la hora de elegir una carrera universitaria u otra. "Venía diciendo a ver lo que me encuentro pero la experiencia ha sido muy buena y me gustaría repetir la experiencia", contaba Paula.

Por su parte, Cecilia -aunque prefiere que la llamen Ceci- ha conseguido superar algo más la timidez con la que apareció en el campus y poco a poco su lista de amigos ha ido en aumento. "Me gusta porque me lo estoy pasando muy bien con los niños paseando y en las excursiones. Paula y yo nos hicimos amigas porque dormimos en el mismo cuarto".

Para que los menores con deficiencias auditivas como Cecilia puedan interactuar sin problema les acompañan en el campus dos monitoras, Zoraida Vidal y Rocío Benavides, que con el lenguaje de signos sirven de apoyo cuando alguien presenta dificultades para comunicarse con sus compañeros. Ambas coinciden en que ha sido una gran experiencia tanto para los niños como para ellas aunque el primer día le costó bastante soltarse a algunos. "Para nosotros ha sido igual de emocionante y de enriquecedora porque también estamos aprendiendo mucho. Nos gusta y estamos disfrutando de todas las posibilidades que nos están dando porque se están consiguiendo superar esas barreras que al principio parecía que había", explicaba Rocío a lo que Zoraida añadía que se trataba de un campus de inclusión y no de integración y que se está pudiendo conseguir gracias a la unión y esfuerzo que cada uno pone día a día.

Y es que una semana de convivencia da para mucho. Durante todo este periodo han realizado diferentes actividades tanto académicas como culturales bajo la supervisión de monitores profesionales como visitar los principales monumentos y museos de Málaga u ofertas de ocio dentro de la Costa del Sol como el Teleférico de Benalmádena, Selwo Marina o Selwo Aventura.

Ayer por ejemplo fue un día especial para todos ellos porque tras una charla sobre innovación social en La Noria se les ofreció un almuerzo y una visita guiada por las instalaciones del recinto pero lo bueno estaba aún por llegar ya que por la tarde los monitores los acercaron al Tivoli World donde pudieron disfrutar de las atracciones como el resto de jóvenes.

El objetivo marcado por el campus ha sido facilitar que los estudiantes con discapacidad no abandonen los estudios así como identificar cuáles podrían ser las oportunidades de mejora para el desarrollo de protocolos de acogida para los alumnos implementando la accesibilidad universal como herramienta de inclusión social.

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