El 'Tagomago P-22'
EL 30 de septiembre de 2010, el patrullero de la Armada española Izaro P-27 dejaba Málaga. Después de muchas décadas de presencia activa, una serie de reestructuraciones internas en nuestra marina de guerra, privaban al puerto malagueño de la presencia permanente de un buque, quedando así la historia naval malacitana huérfana de un barco.
Tras acometerse una nueva reestructuración que movilizará a varios buques que, posicionados en Canarias, se situarán en diferentes puertos de la Península, hoy, el patrullero Tagomago P-22, hermano mayor del recordado Izaro, llegará a Málaga para establecer aquí su base de operaciones.
Perteneciente a la clase Anaga, una serie de diez patrulleros de la cual es el segundo, el Tagomago, se botaba el 14 de febrero de 1980 para ser entregado a la Armada en enero del año siguiente. Con una dotación compuesta por 27 personas, este buque de 44,26 metros de eslora, 6,60 de manga y un desplazamiento de 319 toneladas, fue diseñado para efectuar misiones de vigilancia marítimo pesquera, control de inmigración y salvamento; teniendo además posibilidades para realizar remolques de emergencia a embarcaciones menores, así como trasbordo de pequeñas cantidades de provisiones.
Con una larga historia de mar, y pasando de puntillas por un incidente que le hizo encallar en una playa lanzaroteña en diciembre de 2003, el hecho más destacado en la biografía de este buque ocurría el 21 de septiembre de 1985 en el banco Sahariano. Realizando labores de búsqueda de un pesquero perdido, desde tierra, el Tagomago recibía 48 impactos de bala que le costaba la vida a uno de los miembros de su dotación.
Todo un veterano de nuestra Armada que, posicionado desde hoy en el puerto de Málaga, aquí, muy probablemente, finalizará sus días.
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