Tercera crisis en las últimas tres décadas

Los cambios de formato y las descargas ilegales, demoledores para el videoclub

C. Clavijo / Málaga

08 de julio 2012 - 01:00

Los videoclubes disfrutaron de su época gloriosa a mediados de los 80, coincidiendo con la llegada de las cintas Beta y VHS, hasta que la aparición de las cadenas privadas comenzó a provocar los primeros daños. Por su parte, la proliferación del DVD derivó entre 1998 y 2003 en una exitosa recuperación. Lo último en visionado llegaba después de la mano del blu-ray. A juicio de los empresarios, esta modalidad ofrece "una incomparable y excelente calidad" respecto al DVD, pero, por el momento, no termina de despegar. Y es que la inclusión de nuevos formatos, que, al aterrizar en el mercado arrancan con precios muy elevados, acarrea para el negocio del vídeo consecuencias a veces irreversibles. Asimismo, la tecnología 3D parece que ahora "está llamando a la puerta", pero "habría que quitarle las gafas". El problema, afirma Diego Mancilla, miembro de la Asociación Nacional de Empresarios Mayoristas del Sector Videográfico (Anemsevi), es que "la tecnología avanza más rápido de lo que nosotros somos capaces de asumir", comenta.

A partir de 2005, las empresas videográficas empezaron a decaer, pero fue en 2009 cuando el fácil acceso a los contenidos cinematográficos a través de páginas de descargas ilegales, sumado a la posibilidad de piratear las consolas, desembocó en el cierre de varios locales en Málaga. David fue uno de los que confió en este negocio como apuesta segura de futuro y que desde el principio tocó la campana de las promociones. Durante cinco años permaneció al frente del videoclub Estrenos Siglo XXI, situado en Fuente Olletas. En 2006 sufrió "la peor bajada" y se vio obligado a echar el cierre. "Ya no sacaba ningún beneficio. Todo se destinaba a los pagos, a pesar de que abría incluso el domingo y disponía de cajero automático", recuerda el que fuera empresario, que ahora trabaja como funcionario en una oficina de Correos.

Otro de los videoclubes que no consiguieron levantar cabeza fue Galaxia, que también culminó su actividad hace unos meses. El ejemplo más significativo lo constituye la popular cadena americana Blockbuster, que se vio obligada a cerrar cientos de establecimientos en todo el mundo.

Por otro lado, el despegue de los videoclubes on line, en opinión de la Anemsevi, no parece que afecte a las empresas de alquiler de vídeo, dado que su volumen total de negocio en España es actualmente de un 3%.

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