Málaga

Todas subidas a la cuarta ola

  • Activistas feministas valoran un día después lo que supuso y supondrá este 8 de marzo

  • La toma de conciencia contra la desigualdad se extiende

Con la voz rota, con la adrenalina aún corriendo por las venas, con la sensación de ser más numerosas y más fuertes, con la certeza de haber promovido un momento histórico, las mujeres que trabajan desde hace años por la igualdad iniciaron ayer una nueva jornada de lucha. La misma, la que no cesa, la que ahora quiere aprovechar que la corriente es fuerte para conseguir logros reales. "Lo que pasó el 8-M fue un hito y punto de inflexión en la historia del feminismo y de las revoluciones, de forma pacífica se han despertado millones de conciencias y esto va a provocar el cambio", considera Teresa Pineda, presidenta de la asociación Puntos Subversivos. "La respuesta en la calle fue un punto álgido de una tendencia social que va encaminada a que nos cuestionemos como injusticia intolerable la desigualdad de género, como ocurrió con el tema del racismo en EEUU", agrega Pineda. "Está empezando una cuarta ola del feminismo", afirma Rosa Gómez, vicepresidenta de la Federación Feminista Gloria Arenas.

"Si nos discriminan, si cobramos menos, si el cuerpo es el que marca nuestra vida laboral y social, si se nos maltrata es que algo falla y que la igualdad de derecho no ha conseguido todo", estima la presidenta de Puntos Subversivos. En esa tarea reivindicativa llevan años implicadas las participantes del movimiento feminista. Pero nunca antes habían visto un apoyo social tan espontáneo y tan necesitado de gritar contra la injusticia como el pasado jueves. "Era una conciencia que se estaba fraguando y la sociedad necesitaba salir a la calle para mostrar ese malestar y pedir lo que es de justicia", sostiene Teresa Pineda. Y ahora, subraya, "tenemos el reto más importante". Porque este despertar de conciencia tan rápido se puede apagar con la misma celeridad "si no encuentra respuesta ante las injusticias que vive, el escepticismo podría quemar las esperanzas, ahora el objetivo es escuchar las voces, dar respuesta a las dudas y generar espacios para la participación", indica la presidenta de la entidad.

Pilar Iglesias, la presidenta de la Federación Feminista Gloria Arenas, considera que "se está inaugurando una nueva ola, quizás dentro de unas décadas lo digan los libros de texto". Pero no sólo por lo ocurrido el 8 de marzo. "Ayer [por el jueves] en Málaga la participación fue masiva, en España también, pero nos parece importantísimo verlo dentro de un proceso, no es un hecho aislado en absoluto", apunta Pilar Iglesias, que habla de los casi 300 años de historia con los que cuenta el feminismo. "Esperamos que el futuro sea más corto porque se logre la transformación antes", añade porque "igual que vivimos un momento histórico en las violencias y opresiones más histórico es aún en la respuesta y proacción de las mujeres". Pilar Iglesias también destaca la importancia de la reflexión y el conocimiento dentro del movimiento. "Creemos que el feminismo es una teoría que permite construir un paradigma distinto", señala la presidenta de la Federación Feminista Gloria Arenas.

Éste ha sido el undécimo 8 de marzo organizado en Málaga por la coordinadora de entidades feministas. Aunque el único en el que tuvieron la respuesta que siempre habían soñado. La huelga y los paros convocados en los cuatro frentes, estudio, trabajo, comercio y cuidados, y el movimiento internacional del Me too hizo que miles de mujeres salieran a decir basta. "Estamos muy cansadas de brecha salarial, de discriminación en las pensiones, de techos de cristal, de violencia de género, ha habido un hartazgo tan grande de la ciudadanía que fue el detonante del 8M", explica María del Mar Zamora, vicepresidenta de la Asociación para la Defensa de la Imagen Pública de las Mujeres (Adipm). También indica que "las mujeres feministas llevamos años haciendo una labor muy soterrada y tenía que llegar a visualizarse, es un trabajo me muchos años y no remunerado, de conciencia e ideología, que ha dado sus frutos".

Lo vivido en las calles no sólo de la ciudad de Málaga sino del resto de España -país que ha dado una respuesta ejemplar a nivel internacional- no se trata de flor de un día, según reivindican desde el asociacionismo. "Hay gente que ha empezado a incorporarse porque ha visto sus derechos mermados, se ve reflejada en las reivindicaciones y eso es muy importante", dice María del Mar Zamora. Y subraya que " el feminismo ha tomado su espacio, creo que está siendo cada vez más reconocido". Pero también es fundamental que se entienda el mensaje y el feminismo sea comprendido como lo que es.

"Las mujeres avanzamos pero en ningún momento es a través del retroceso de los hombres, solo reivindicamos el mismo trato salarial, económico, social, político, la igualdad en todos los campos. No entendemos la violencia, si no la protesta pacífica, la lectura de manifiestos, la palabra, el entendimiento y el consenso", asegura la vicepresidenta de Adipm. También estima que la lucha si es constante "nunca cae en saco roto". Igual que lo que parecía la locura de cuatro mujeres hizo posible que ahora todas las mujeres puedan votar. "Suelen ser reclamaciones mal entendidas en su tiempo pero con el paso de los años se constata que eran de justicia", cree María del Mar Zamora.

Para Rosa Gómez, vicepresidenta de la Federación Feminista Gloria Arenas, lo que ocurrió el pasado jueves en Málaga es equiparable a las grandes manifestaciones vividas en Madrid con El tren de la Libertad o el 7N en el año 2015. "Todavía estamos en la nube, nos falta digerirlo, a todas nos sorprendió, lo deseábamos pero era impensable", apunta. "Que en tu propia ciudad, después de 11 años, que empezamos siendo 50, hayamos sido capaces de establecer redes del movimiento social es un sentimiento de fortaleza tremendo", sostiene Rosa Gómez. "Te sientes fuerte viéndote reflejada en los mensajes", añade. Para la vicepresidenta de la federación, fue también clave el "diálogo intergeneracional, ver en un mismo propósito a gente joven, a familias, a mujeres mayores". Así quedó una "sensación de que vamos a parar esto, que lo vamos a conseguir", afirma Rosa Gómez. Y detalla: "No se alcanzará todo pero es un inicio de que hay que tomarse esto en serio, ponerse la igualdad en la agenda no es hacer declaraciones de un día ni normas que nadie aplica ni aprende y que no cambian la realidad". Para Gómez, "lo que nos pone de manifiesto esta reacción masiva es que las mujeres lo estamos pasando muy mal, si estuviéramos avanzando tal y como nos cuentan no habríamos salido a la calle con tanta necesidad de contar, de decir y llevar carteles. Hay muchos compañeros, políticos y líderes que han de tomar nota".

Y es en el terreno educativo, en las aulas de los distintos cursos, donde cobra un sentido esencial formar a los niños y las niñas en la igualdad de género. "Es muy serio que no haya una educación afectivo sexual en todos los niveles educativos, adaptada a las distintas edades", señala Rosa Gómez. Igualmente apunta que "con los recortes en servicios sociales, todo recae en los hombros de las mujeres y no podemos más, estamos sosteniendo los déficit sociales y hemos salido a la calle para decir que hasta aquí", dice la vicepresidenta de la Federación Feminista Gloria Arenas.

Carmen Martín es la presidenta de la Plataforma Violencia Cero. "La verdad es que el 8M lo viví con los pelos de punta, muy emocionada de ver a tantas mujeres en la calle, muchas de ellas jóvenes, eso reconforta", comenta. Y expresa sus reivindicaciones. "Queremos acabar con la violencia en todos sus ámbitos, privado y público, y en el terreno del empleo ocupar el espacio que nos corresponde como mujeres. Otro elemento importante es la necesidad de que los cuidados no sigan recayendo en las espaldas de las mujeres, el Estado se tiene que implicar, tiene que haber más recursos, no tiene nada que ver con el abandono, sino con compartir y responsabilizarnos todas y todos de los cuidados, incluyendo el Estado", agrega Carmen Martín.

Violencia de género, machismo que pulula por calles y redes sociales, hipersexualidad en edades tempranas, un cuerpo convertido en cosa. Ante estos peligros que siguen acechando la respuesta ha sido contundente. Y lo seguirá siendo. Ayer mismo se llenó el salón de actos del CAC Málaga para escuchar a la antropóloga mexicana Marcela Lagarde, una de las grandes figuras del movimiento feminista internacional.

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