Málaga

De la Torre y Cassá recortarán a la mitad el personal eventual y bajarán impuestos

  • El acuerdo, que garantiza el sí de Ciudadanos a la reelección del alcalde en funciones, elude concretar las posibles reducciones salariales a directivos y la unificación y supresión de entes

No era tan fiero el lobo como lo pintaban. Lejos de las previsiones, que dibujaban un escenario en el que Francisco de la Torre iba a tener que hacer frente a alguno de sus grandes temores, como tocar el sueldo de los gerentes de las empresas municipales, el acuerdo rubricado ayer con Juan Cassá, como líder local de Ciudadanos, descafeína al menos en el arranque las principales líneas rojas marcadas por la formación presidida por Albert Rivera. Tanto es así que los tres ediles logrados en las urnas el pasado 24 de mayo votarán hoy sí a la elección de De la Torre como alcalde a pesar de que queda en el limbo la tan reclamada bajada de sueldos o la unificación y eliminación de organismos.

El documento hace entendible la satisfacción del alcalde en funciones con el pacto alcanzado, al punto de reconocer que algunas de las medidas formaban ya parte de su programa. Eso siempre atendiendo a lo plasmado negro sobre blanco. Fuentes próximas a las negociaciones destacan la existencia de ideas no recogidas por escrito que se irán dando a conocer a lo largo del mandato y que podrían tener afecciones claras sobre entes como Urbanismo o el Cemi, entre otros. En esta misma línea podría trabajarse en la unificación del Imfe y Promálaga. Sí queda comprometida la unión bajo una misma gerencia del Teatro Cervantes y el Festival de Cine, lo que hace prever el ahorro de uno de estos puestos directivos.

Al margen de las ausencias o la falta de concreción en varios capítulos, de aplicarse lo acordado, el próximo mandato estará marcado por la disminución en un 50% del personal de confianza (de 34 puestos se pasará a 17), incluyendo los 11 directores de distritos, cuyas funciones serán desempeñadas por funcionarios. Algo que no satisface a De la Torre, que ayer admitía la preocupación que le genera "el no conseguir la misma dedicación; no es por los trabajadores, sino por una cuestión de horarios".

A esta línea de intervención se añade el compromiso a bajar los impuestos, aunque queda por ver si ello incluye una rebaja en el Impuesto de Bienes Inmuebles, por ejemplo, o en la tarifa del agua. Lo que sí se plasma en el acuerdo es la aplicación de bonificaciones del IBI de hasta el 50% y hasta cuatro años para autónomos y dos años para empresas; bonificaciones de hasta el 100% en la tasa de apertura de establecimientos en función de la generación de empleo. Asimismo, se prevén compensaciones de hasta el 95% en el impuesto de Plusvalía a los herederos si se trata de la primera residencia; de hasta un 50% en traspasos que generen empleo, y la exención del mismo para daciones en pago como consecuencia de cancelación o ejecución hipotecaria.

Otra de las líneas clave es la puesta en marcha de iniciativas sociales, tales como la creación de un bono de alimentación y la obligación de garantizar el suministro de agua en domicilio. Y queda igualmente recogida la demanda de Ciudadanos de crear un bonobús anual, cuyo valor podría rondar los 295 euros, y otro familiar, que permita viajar gratis a los hijos menores de 14 años cuando vayan acompañados de uno de sus progenitores.

El acuerdo incluye más de una treintena de acciones, desglosadas en diez capítulos, la gran mayoría a desarrollar a partir del año que viene. Y ello a pesar de que el compromiso inicial de Ciudadanos sólo es aplicable a la votación en la investidura de De la Torre, sin certeza de lo que pueda ocurrir en los meses posteriores. Cassá fue claro en este punto, ya que no sólo destacó que lo firmado "no es un cheque en blanco" para el próximo equipo de gobierno, sino que además eludió comprometerse a no pactar con otras formaciones a lo largo del mandato.

Ello supone, de facto, una herramienta de presión sobre los populares, que habrán de cumplir los objetivos marcados para evitar cualquier tentación de bloqueo a su acción o la presentación de una moción de censura con el resto de grupos. "Apoyaremos todas las buenas propuestas para los malagueños, independientemente del partido que las haga", ratificó el líder naranja.

A pesar de ello, la realidad es que el acuerdo plasma la voluntad de los dos actores por "garantizar la gobernanza" en el Ayuntamiento. De la Torre mostró su "confianza plena en la buena fe de Ciudadanos, al igual que sé que ellos tienen confianza en el grupo popular; estamos ante un momento importante de la historia de la ciudad".

Interpelado por la elusión de los máximos recogidos por Ciudadanos en su programa, Cassá dijo que ello es fruto de las negociaciones. "No podemos aspirar al máximo", dijo en relación a la disminución del personal de confianza, toda vez que su partido reclamaba un 90%. A la espera de conocer la nueva estructura, lo que sí se sabe es que cada uno de los cinco grupos municipales tendrá un solo asesor. En cuanto a la cuestión de los salarios de los altos cargos, fue De la Torre el que explicó que se buscarán "soluciones, pero sin perder ni eficacia ni calidad". Cassá no aclaró si defenderá que siga habiendo directivos que perciban más de 100.000 euros brutos anuales, teniendo en cuenta que su programa abogaba por que no hubiese un sueldo más alto que el del alcalde.

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