La remodelación del tramo superior del río Guadalmedina, desde el puente de Armiñán hasta la presa del Limonero, queda oficialmente inaugurada. Extremo que tiene su razón de ser en que esta zona se finalizó y abrió al público a finales del pasado julio, retrasándose hasta ahora la puesta de largo oficial de los paseos habilitados en sus bermas. 

Acompañando al acto institucional, se refrescan datos y conocen nuevos detalles de las actuaciones acometidas en el área, que, en términos generales, se marcan como objetivo resolver los cuantiosos problemas que históricamente han afectado al cauce, así como que los malagueños dejen de sentir esta frontera natural como una mayúscula cicatriz que parte la ciudad en dos mitades. Sólo el tiempo dirá si ambas quedan cumplidas. 

En cualquier caso, lo más destacado de la inauguración ha sido la declaración de intenciones del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, de embovedar el tramo del Guadalmedina que comprende los puentes de la Aurora y de Armiñán para realizar un enlace peatonal. Algo que ya ha expresado en otras ocasiones. 

De esta manera, ha apostado por abrir la ciudad para que "no quede constreñida" porque "es bueno que respire". Sobre todo en momentos en que tradicionalmente se producen aglomeraciones "como la Navidad". "Estaría bien que tengamos varios puntos donde disfrutar", ha remarcado. 

Aun así, la aportación del regidor no queda ahí. También ha comentado el reciente estudio de la Junta destinado a medir la capacidad de evacuación del cauce, que rebaja de 600 a 460 metros cúbicos por segundo su capacidad de desagüe. Novedad que ha hecho propia para avalar su idea de embovedado.  

Así mismo lo ha detallado el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, que ha señalado que las obras "recuperan y devuelven a Málaga un valioso pulmón verde para su disfrute, acercando el río a la ciudad y haciéndolo más visible y disfrutable". Al tiempo que ha precisado que la intervención buscaba "corregir el desequilibrio ecológico generado por el deterioro del suelo y la cubierta vegetal". 

Moreno, además, ha recordado que las obras comenzaron en diciembre de 2021 y que han contado con fondos Feder, empleados para aplicar tratamientos selvícolas destinados a aminorar el riesgo de incendios. La inversión total se cifra en ocho millones de euros. 

En concreto, el presidente andaluz ha precisado que se han plantado "unos 100.000 ejemplares" de distintas especies vegetales, se han construido siete diques y una decena de albarradas para controlar la velocidad del agua", lo que permitirá "evitar la erosión de sus márgenes". 

El comisario de Aguas de Cuencas Mediterráneas, Jorge Robles, por su lado, ha detallado que las obras se han focalizado en dos espacios diferenciados. 

El primero, en la parte baja, lugar en que se ha tratado de restaurar el cauce natural a través de labores de limpieza, desescombro, retirada de especies exóticas invasoras, plantación de vegetación nueva y la reproducción de un cauce.

Unos trabajos que han tenido "cierta dificultad"; fundamentalmente en el plano vegetal, debido al "vigor la naturaleza, que lo va deformando todo poco a poco", motivo por el que "habrá que seguir trabajando en ello". 

La segunda, en la parte superior, donde se han habilitado dos paseos fluviales. Uno en la margen derecha, de dos kilómetros y el otro por la margen izquierda, de tres. Además de zonas ajardinadas a ambos lados. 

Aunque la actuación no se queda ahí, puesto que también se ha puesto el foco en 350 hectáreas de la margen derecha, "la parte menos popular", es decir, la que comprende los arroyos tributarios del Guadalmedina: el Mendelín, el Virreina y la Palma; se ha completado la red de caminos hasta llegar a 27 kilómetros, instalado cinco miradores y "elementos asociados a la historia antigua del agua".