Málaga

Treinta años de un conflicto que sigue alojado en las pesadillas

  • Trabajadores y empresarios no olvidan el brutal choque laboral de 1979, en el que perdieron temporalmente su empleo 8.000 trabajadores y que hundió el turismo

Patronal y sindicatos se sentaron ayer frente a frente con el fantasma de 1979 sobre sus cabezas. Aquel año trabajadores y empresarios se encabritaron en una negociación que desembocó en 18 días de durísima huelga general en plena Semana Santa. El turismo en la Costa del Sol tardó años en recuperar el pulso y aún así hubo algunas pérdidas irrecuperables. El floreciente mercado norteamericano se perdió desde entonces, a pesar de las múltiples iniciativas del sector y de la Junta para recuperarlo.

Algunas similitudes 30 años después resultan inquietantes. La patronal también se dividió entonces. Tras varios días de paro, el director de Trabajo convocó a las partes en Madrid. Los empresarios de bares y restaurantes se avinieron a sellar un acuerdo, pero los hoteleros se negaron por lo que el enfrentamiento entró en barrena. Ahora, en cambio, hosteleros y hoteleros componen la parte dura de la patronal, de la que se han descolgado los empresarios de playas y discotecas, además de algunas compañías como el grupo NH, Sunset o el hotel Cervantes de Torremolinos, que sí han aceptado a priori el cumplimiento del compromiso salarial pactado con los sindicatos en la anterior elaboración del convenio colectivo.

La distancia histórica, social y económica entre 1979 y 2009 es evidente. Sin embargo, en ambos casos la tensión en el sector turístico tiene lugar en un momento de agitación. Hace 30 años la legislación laboral todavía era estrecha, los trabajadores forzaban por ampliar sus recién estrenados derechos y el clima político ante la proximidad de elecciones generales y municipales avivaba la tensión. De hecho, la autoridad gubernativa dictó un laudo para evitar la huelga que, en realidad, lo que hizo fue avivar el fuego. Ahora el conflicto se ha desatado justo cuando se ha roto el diálogo social entre el Gobierno y los agentes sindicales y patronales.

Los acontecimientos de 1979 levantan recuerdos sombríos en ambas orillas. "La Costa del Sol se vació. Fue horroroso. No se pudo recuperar la ocupación hasta pasados dos años", recuerda el presidente del Consejo de Turismo de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Miguel Sánchez, ayer presente en la reunión celebrada en el Parador de Golf.

Echando la vista hacia atrás el sindicalista de Comisiones Obreras Gonzalo Fuentes reconoce que aquella situación se fue de las manos. "Hicimos la huelga contra el laudo de obligado cumplimiento firmado por el delegado de Trabajo. Nuestro error fue pensar que era su responsabilidad y no una decisión del Gobierno".

Cuando los hoteleros rechazaron el preacuerdo alcanzado en el Ministerio de Trabajo la situación se desbocó. La historiadora de la Universidad de Almería Carmen García Ruiz indica en un trabajo publicado por el grupo de investigación Historia del Tiempo Presente que "la presencia de piquetes violentos condujeron a la radicalización de las posturas con cierres empresariales, amenazas a trabajadores, despidos, detenciones, atentados contra establecimientos y trabajadores. Se creó una oleada de violencia y sanciones sin precedentes". Al conflicto hotelero se unió la huelga de transportes públicos en la Costa del Sol, con Automóviles Portillo a la cabeza y la militarización del servicio.

El punto álgido se alcanzó cuando el sector hotelero optó por despedir a 8.000 de los 15.000 trabajadores en huelga. Hubo al menos cinco detenidos que acabaron en prisión preventiva y varios heridos. La tensión de aquellos días se cobró la vida del entonces secretario de acción sindical de Comisiones Obreras entonces, Manuel Benítez Zotano.

La lucha, entonces como ahora, también tenía fondo salarial. En esta ocasión se reivindica que se cumpla el convenio colectivo firmado en 2005 con vigencia para cuatro años, que planteaba un aumento anual de los sueldos del IPC más un punto. Entonces sólo se reivindicaba un salario. Los trabajadores del sector hotelero cobraban en 1979 en función de las ventas de sus establecimientos, cantidad a la que sumaban las propinas, todo ello repartido proporcionalmente en función de categorías que arrancaban con los maîtres para acabar con las camareras de piso.

Aquella huelga fue la más grave pero ni mucho menos la única. El grueso de la historia del sindicalismo malagueño, como corresponde a su peso proporcional en la economía de la provincia, la ha escrito la hotelería y sus siempre complicadísimas negociaciones laborales.

Fue así en 1978 cuando se reclamaba "comida buena y abundante y 30 minutos para almorzar", recuerda el secretario regional de hostelería de Comisiones, Gonzalo Fuentes, y en 1982, "cuando por fin se lograron los dos días de descanso semanales".

Fuentes se lamenta de que todas los convenios colectivos del sector se hayan tenido que cerrar in extremis bajo la amenaza de una convocatoria de huelga. "Desde hace diez años hemos tenido que convocar huelga en la negociación de todos los convenios colectivos. Es la única manera de que los empresarios hagan caso". De hecho, en 1999 el paro se suspendió sólo cinco minutos antes de que estuviera previsto su inicio. También se negoció in extremis, como ayer, en el Parador de Golf.

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