Málaga

‘La Triple Hélice’, una novela de aventuras, ciencia y magia con el PTA de Málaga como protagonista

La portada de 'La Triple Hélice' y Felipe Romera, director del PTA.

La portada de 'La Triple Hélice' y Felipe Romera, director del PTA. / Javier Albiñana

La aventura de un grupo de emprendedores tecnológicos que viajan a través del tiempo hasta la América del siglo XVI y después saltan al nacimiento del Silicon Valley, a la vez que se cuelan en el descubrimiento del ADN o el intento de una bomba nuclear en Alemania son algunas de las aventuras en las que el lector se va a adentrar al perderse entre las letras del La Triple Hélice, la tercera novela del director general del Málaga TechPark (PTA), Felipe Romera. Su principal objetivo con esta novela es hacer que el público conozca la historia la tecnología a partir de fusionar la ciencia y la magia en un mismo libro haciendo que los protagonistas naveguen por un océano de descubrimientos científicos del siglo XX que los lleva desde su empresa tecnológica ubicada en el PTA hasta los rincones más remotos de la historia.

En un mes de agosto en Málaga, un grupo de emprendedores que forman parte de una empresa del PTA toman la decisión de dejar su compañía y embarcarse en un nuevo proyecto para buscar “el gen de la felicidad”, explica Felipe Romera. Antes de adentrarse en la creación de esta nueva compañía deciden tomarse unos días de vacaciones y se van todos de viaje. Durante una semana, este grupo de personas se introduce en un mundo de aventuras y magia, donde vivirán todo tipo de sucesos que “son más propios de la mecánica cuántica que del mundo real”, según el director general del PTA.

Todo empieza y termina en el mismo sitio: el Málaga TechPark. “Todas las novelas que he escrito giran alrededor del parque tecnológico y este es un libro donde todo lo que ocurre es para que la historia concluya en el PTA”, asegura Romera. Con Málaga, su calle Larios y el Teatro Cervantes como principales escenarios, a Argentina, pasando por Silicon Valley y China. Además, la historia habla de los descubridores españoles de América en el siglo XVI, en concreto de Álvar Núñez Cabeza de Vaca.

En este punto, sostiene que de “forma inexorable”, las vidas de los protagonistas se encontrarán entrelazadas con las de los científicos y tecnólogos más relevantes del siglo XX, como los descubridores de la mecánica cuántica, la fisión nuclear y la bomba atómica, el ADN, el transistor y los pioneros del Silicon Valley. Además, añade que “el hecho de que todos los personajes estén entrelazados significa que lo que les pasó a los científicos es lo que van a vivir ellos”, asegura el responsable del PTA.

Al sacar a la luz esta historia, Romera incide en que el público “va a poder conocer cómo se crearon las tecnologías científicas del siglo XX que han sido espectaculares y han transformado al siglo XXI en lo que conocemos”. Asimismo, también ha hecho hincapié en que esta novela es “una de las formas de conocer el PTA”, ya que las novelas pueden “llegar a un público que no está interesado en el PTA y son un vehículo muy curioso para que el lector se entere de lo que es esto”.

Felipe Romera remarca que cuando tomó la decisión de escribir esta novela tardó unos diez años en terminarla, ya que solo podía dedicarle tiempo durante sus vacaciones. El último punto lo escribió en el 2014 y hace un año volvió a coger el manuscrito y decidió publicarlo. “Muchas de las cosas que salen en el libro son referencias mías”, explica el escritor, que añade que “en este libro, como mi mujer dice, está toda mi cabeza volcada”.

Romera ya tiene publicadas dos novelas tituladas: El extraño caso de las autopistas de la información y La cera del panal. Con esta tercera apunta que terminan sus libros sobre el parque tecnológico, pero no se cierra a seguir escribiendo historias, ya que  ya ha empezado a adentrarse en su nueva novela que irá sobre su familia Lubias.

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