Los expedientes de regulación de empleo (ERTE) muestran la otra cara que está dejando en estos momentos la pandemia del coronavirus en diversos sectores de la economía española, con la hostelería y la restauración como uno de los más afectados.

En su gran mayoría son empresas privadas las que se están acogiendo a esta fórmula, pero ya está siendo admitida en gran medida por parte de las administraciones públicas.

Hasta el momento las administraciones y empresas públicas han anunciado que no despedirán a plantillas y que buscarán soluciones para conservar a sus empleados, aunque en algunos casos se comienzan a tomar otras medidas similares a las del sector privado. 

Es el caso de la empresa municipal Turismo de Ronda, que acaba de comunicar a sus trabajadores que está preparando un ERTE para la práctica totalidad de sus empleados, que incluye al personal que atiende en los monumentos públicos que han sido cerrados, técnicos del museo municipal y el departamento arqueología.

Fuentes de los trabajadores han mostrado su malestar por la decisión tomada por el Consistorio rondeño, al que consideran que en estos momentos en los que se pide un esfuerzo al sector privado las administraciones públicas deberían dar ejemplo. Además, lamentaron que no se hubiese tratado de buscar otra solución antes que aplicar esta medida que supone una reducción del 30% de sus salarios.

Hasta el momento es la única plantilla municipal que se verá afectada por esta medida, ya que la otra empresa municipal que presta servicios públicos es la dedicada a la limpieza.

En cuanto al resto de trabajadores municipales, el Consistorio ha optado por conceder de forma generalizada el teletrabajo y aquellos departamentos que no pueden hacerlo tienen la obligación de estar localizables para incorporarse al servicio si es necesaria su intervención en algún momento.

Mientras tanto, fuentes del Gobierno municipal aseguran que “es la mejor de las soluciones posibles”, ya que aseguran que se vive una situación “complicada” tras tener que echar el cierre a toda la actividad que realiza la empresa, lo que supone que no cuenten con ningún tipo de ingresos por la suspensión de las visitas a los monumentos que gestiona.

“Es la mejor manera de poder garantizar los empleos, no sabemos el tiempo que va a durar esta situación”, explican estas mismas fuentes.