Las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) se enfrentan en su día a día con muchas limitaciones en diferentes ámbitos como pueden ser el educativo o el laboral. Por ello, para ayudar a estas personas a vivir de forma más integrada en la sociedad y para concienciar al resto de la población, la Universidad de Málaga (UMA) y el Ayuntamiento de Vélez-Málaga han creado la primera Cátedra de Trastornos del Espectro Autista.

Esta unidad de estudio investigará los Trastorno del Espectro Autista para hacer a la sociedad más conscientes de lo que es y trabajarán en los ámbitos de la formación, el empleo o la inclusión social educativa. En este sentido, también lo trasladarán al ámbito de la atención sociosanitaria, ya que Vélez-Málaga cuenta con un Centro de Atención Infantil Temprana, donde atienden a niños y familias con TEA. Gracias a este centro, según Víctor González, concejal de Derechos Sociales e Igualdad de Vélez-Málaga, trasladarán a la práctica, es decir, a la vida diaria de estas familias, el trabajo de investigación y las conclusiones a las que lleguen en esta Cátedra.

De este modo, Francisco Guerrero López, director técnico de la Cátedra, ha asegurado que desarrollar esta investigación para concienciar es importante, puesto que en las últimas décadas el número de personas con TEA ha aumentado. Los datos que manejaba el profesor de la UMA hace 37 años aseguraban que había un caso o dos de personas con TEA por cada 10.000 personas. Con el transcurso del tiempo, esos datos actualmente son “siendo optimistas” que hay un caso cada 98 personas desde 2013, aproximadamente.

La principal hipótesis que se maneja sobre este incremento de los casos de TEA, según Guerrero, es que la acumulación de las partículas contaminantes, unidos a los productos que se vierten en grandes extensiones agrícolas como plaguicidas o insecticidas han podido influir en esto. Asimismo, señala que ya se venía alertando de que esto podía pasar desde los años 70 y añade que “curiosamente cuando en algunos estados de Norteamérica se eliminan los insecticidas o disminuye su uso en sus cultivos, baja la tasa de casos de TEA”. Además, destaca que “vamos camino a lo que algunos autores llaman una pandemia de autismo”, ya que sostiene que estos productos pueden alterar algunos genes que forman parte de la configuración de ciertas estructuras cerebrales y del sistema nervioso central.

Por ello, desde la Cátedra no pueden hacer nada para evitar el aumento de los casos de TEA, pero van a trabajar para “concienciar, traer especialistas, impulsar la formación de las personas con Trastorno del Espectro Autista, fomentar su docencia, impulsar la atención a la vida activa y mejorar su proceso de enseñanza”, indica Francisco Guerrero. Para lograr todos estos objetivos, organizarán una serie de seminarios y ciclos de charlas que contarán con la participación de alumnos de la Universidad de Málaga con autismo para que cuenten “su mundo interior, qué les ha aportado la UMA y cómo la universidad puede mejorar para darles una mejor formación educativa”. Eso sí, el director de la Cátedra insiste en que en la investigación van a poner énfasis en lo que las personas con TEA pueden hacer, pero sin descuidar y optimizando sus limitaciones y dificultades.

Por su parte, José Ángel Narváez, rector de la Universidad de Málaga, asegura que esta cátedra tiene una ventaja con la que otras con cuentan y es que “no es una cátedra al uso de investigación, sino que es una cátedra que va a tener una posibilidad de aplicación directa de todas las investigaciones y estrategias que se vayan desarrollando para que las personas con TEA puedan llevar una vida normal”. Esto permitirá a los investigadores aplicar los estudios de forma fácil y poder reproducirlos en otros ámbitos.

Tras la firma de la Cátedra, que se ha realizado este lunes, se comenzará a trabajar en esta investigación, la cual, según el rector de la UMA refleja “lo que quiere ser la universidad, un servicio público que trabaja para los demás y comprometida con el desarrollo social”.