Ante la situación creada por la pandemia de la Covid-19, el Consejo de Gobierno de la Universidad de Málaga aprobó el modelo bimodal de enseñanza para el curso 2020-2021 y ya se ha superado el primer mes de clases. En estas semanas iniciales todos los centros de la UMA han vuelto a las aulas, tanto de manera presencial como virtual, mediante los planes diseñados para la organización de la docencia en los grados y másteres oficiales impartidos.

El arranque del curso, con la cobertura completa de las actividades, se ha adaptado a las características concretas de cada titulación, al número de estudiantes matriculados y a los espacios físicos disponibles para mantener la seguridad de estudiantes y profesorado. Y todo esto reduciendo el aforo en los espacios universitarios al 50%, según lo dispuesto por la Consejería de Salud, y obligando al uso de mascarilla en toda la actividad docente.

Según datos aportados desde el Vicerrectorado de Estudios de la UMA, la planificación realizada por las diferentes Facultades y Escuelas ha hecho posible que el carácter presencial de las enseñanzas haya podido establecerse en un 41,8% de media ponderada por estudiante y para el conjunto de las titulaciones oficiales, correspondiendo el 58,2% restante a las actividades docentes en modalidad virtual.

En el caso de los grados universitarios, donde hay inscritos un mayor número de estudiantes, las actividades presenciales llegan de media a un 38,6%, mientras que en los másteres oficiales la presencialidad alcanza una media ponderada por estudiante del 75,3%.

La diferencia entre ambas situaciones estriba en el menor número de estudiantes en los posgrados y en la consiguiente facilidad para garantizar la distancia de seguridad entre el alumnado matriculado. De hecho, en estas enseñanzas de máster, en el 80% de los casos se ha podido mantener la actividad docente de forma totalmente presencial.

De los datos recogidos por el Vicerrectorado de Estudios se constata que en nueve centros de la UMA la docencia presencial recibida se sitúa alrededor o superando ampliamente el 50%, mientras que en otros siete el porcentaje de actividades presenciales se establece en el entorno del 30%. En cualquier caso, toda la docencia prevista se imparte y recibe en uno u otro formato. Prima la asistencia física a las materias de contenido más práctico.