La UMA suspende la ordenación docente para el curso próximo
El periodo de matriculación se inicia sin conocer las materias y horas que asumirá cada profesor
A 24 horas de que comience la preinscripción de alumnos para el curso 2012/2013, la Universidad de Málaga (UMA) todavía no sabe qué profesores impartirán las diferentes asignaturas ni las horas que cada uno de ellos tendrá que dedicar finalmente a la docencia. Las dudas alcanzan incluso al futuro que aguarda a los profesores asociados. Hace un mes que se suspendió el plan de ordenación docente y desde entonces, como resume el decano de Ciencias de la Educación, Francisco José Murillo, "lo más seguro es ya veremos".
El Real Decreto Ley de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo, aprobado por el Consejo de Ministros en abril de este año, contempla que todos los profesores universitarios que no se dediquen activamente a la investigación prolonguen su trabajo docente a 320 horas anuales, en lugar de las 240 que desempeñaban hasta ahora (32 créditos en lugar de 24). Este acuerdo del gobierno echó abajo el plan de ordenación docente de la UMA y fue el origen de un desbarajuste todavía sin arreglo que preocupa mucho en los centros y departamentos y universitarios.
La vicerrectora de Ordenación Académica y Profesorado de la Universidad de Málaga, María José Blanca, advierte que las universidades están a la espera de que la Junta de Andalucía aclare cómo afectan sus recortes al personal laboral de la universidad y a partir de ahí, con las premisas de ambos ejecutivos, se pueda reorganizar el plan de ordenación docente. Lo cierto es que los vicerrectores de Profesorado de las universidades andaluzas se reunieron el lunes con la Junta de Andalucía para tratar este asunto y no lograron llegar a un acuerdo. Tampoco se lograron avances significativos la semana pasada, durante una reunión de los vicerrectores de Coordinación y Profesorado de la Universidad de Málaga, José Ángel Narváez y María José Blanca, con los responsables de los centros de la UMA.
Los decanos y directores de centro y departamentos consultados se muestran seriamente preocupados. Temen consecuencias a corto y largo plazo porque las semanas se suceden sin saber quién va a impartir qué materias y no quieren que el enredo acabe dejando a los docentes sin tiempo para preparar el próximo curso. Además, algunos intuyen que la reorganización puede dejar en peores circunstancias las áreas de menor perfil investigador.
Eugenio Luque, decano de la Facultad de Derecho, precisa en primer lugar que el decreto "es perverso" porque lanza el mensaje de que quien no tiene sexenios vivos de investigación no hace nada "y eso no es así. Mucha gente investiga y publica, pero no se le reconoce". En segundo lugar teme que la aplicación del decreto acabe creando "centros de primera y segunda" en la universidad. Si las facultades con más alumnos (ciencias jurídicas y económicas) investigan menos, tendrán menos profesorado con más carga docente, mientras que los centros con menos alumnos y más investigación (ingenierías y ciencias) dispondrán de más profesores con menos horas de enseñanza. El decano de Económicas está convencido de que la UMA tiene cierto margen para equilibrar la balanza y evitar la discriminación.
Patricia Laurenzo, directora saliente del Departamento de Derecho Público, subraya que la plantilla de este área está al límite de su capacidad "por la enorme cantidad de docencia que tenemos tanto en Derecho y Criminología como en muchos otros grados". Aumentar las horas a esos profesores es en su opinión "asolarlos".
Desde el campo de las ingenierías, Ernesto Pimentel, director de la Escuela de Informática, observa que los cambios también serán profundos si determinadas labores, como la coordinación de másteres, doctorados o proyectos de investigación dejan de computar como labor docente. Está convencido del "esfuerzo del equipo de gobierno de la UMA para que la situación no perjudique a quien desarrolla labor investigadora", pese "al escaso margen de maniobra que tienen".
Para el director de la Escuela Politécnica, Alejandro Rodríguez, la incertidumbre de cómo se va a organizar el curso 2012/2013 genera "más un problema humano que de organización" por la sobrecarga que supondrá descubrir con poco tiempo que hay que asumir la enseñanza de una materia nueva que no figuraba en el plan de ordenación docente suspendido.
Francisco José Murillo, decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, subraya el descalabro que supone prácticamente iniciar el proceso de matriculación sin tener claras las reglas de juego. "Hasta que no tengamos esta información no podremos publicar nuestras guías docentes", concluye. Confía que las tareas que no son docencia pura y dura se sigan teniendo en cuenta en la distribución de las 320 horas, de modo que los ajustes no supongan demasiados cambios y cree en las promesas de la Universidad de Málaga de no tocar los profesores asociados, aunque nada se pueda dar por seguro. En Almería, por ejemplo, el 90% no volverán a dar clase el curso próximo y parte de ellos han propuesto mantener su vinculación con la universidad gratis.
La dirección de la UMA se comprometió en el consejo de gobierno celebrado el lunes a presentar el nuevo plan de ordenación docente antes del 4 de julio. La duda es si podrá tras concluir sin acuerdo la última reunión de la Junta con las universidades andaluzas.
La Universidad de Málaga tiene, por una parte, que recortar 20 millones de euros del presupuesto de 253 millones que se aprobó este año. Además, el personal universitario comienza a sufrir en julio un recorte del 5% en sus nóminas que tiene carácter retroactivo.
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