Los máximos responsables de la Gerencia de Urbanismo tienen previsto convocar un consejo extraordinario del ente para antes del inicio de la Feria de Málaga en el que dar luz verde definitiva al proyecto de semipeatonalización de la Alameda Principal y avalar la financiación plurianual que requiere esta intervención. El paso permitirá ganar al calendario del orden de un mes de tiempo, dado que en caso de no convocarse esta sesión urgente habría de esperarse al mes de septiembre para ir adelante con la tramitación final de esta iniciativa. Y ello tiene una incidencia clara sobre el cronograma de una obra que, de llevarse a efecto, someterá al antiguo salón urbano a una transformación sin precedentes.

El propio concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, admitió que se estaba analizando la opción de convocar a los consejeros para la próxima semana, si bien lo condicionó a que los últimos flecos técnicos estuviesen culminados. Un extremos que varias fuentes consultadas dieron por seguro. Despejado este último tramo administrativo, la pretensión es que la luz verde de Urbanismo abra las puertas a licitar de manera inmediata la adjudicación de los trabajos de ejecución.

Si bien la intervención completa se valora en 11 millones de euros, 2,5 corresponden a la reurbanización del lateral norte de la Alameda, que asumirá la Junta de Andalucía dentro del tramo del Metro entre el Guadalmedina y la estación Atarazanas. Esta fase podría iniciarse en el último trimestre del año. Esta sección queda fuera del concurso que convocará el Ayuntamiento, que aglutinará sólo la parte de semipeatonalización del eje central (que será el único abierto al tráfico) y del lado sur.

Conforme al avance de las dos administraciones, parece más que segura la coincidencia de los trabajos en dos de los tres escenarios en los que se va a dividir la Alameda, circunstancia que incrementará la complejidad de la intervención, dado que tanto la parte central como sur de la calle se encuentran actualmente habilitadas al paso de vehículos. Precisamente, es el lado sur el que se verá afectado en última instancia por las actuaciones, con un plazo de entre seis y ocho meses. La idea que se maneja en Urbanismo es que una vez licitada la obra, se podría conocer la identidad de la empresa o empresas ejecutoras antes de final de año, siendo factible el inicio de los trabajos en este mismo periodo.

Uno de los elementos significativos de la operación es el traslado de la escultura del Marqués de Larios desde su ubicación actual en dirección a la entrada a la calle que lleva su mismo nombre.