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Urnas de laboratorio

  • Un grupo de investigación de la Universidad de Málaga analiza las claves que movilizan al electorado y las estrategias que deben seguir los partidos para minimizar la desventaja electoral

LA clave de una victoria electoral reside en acertar con lo que le interesa al elector. Saber qué enfatizar, porque el votante, como mucho, pondrá su atención en un par de asuntos. Y si los que se sacan a la palestra los encuentra ajenos o lejanos es posible que ni siquiera acuda a las urnas. En ese caso, además, los partidos se enfrentarán a una campaña sin diálogo, en la que cada formación relatará ideas y hará promesas ante una masa social apática. Si el rival se adelanta y contacta antes con las inquietudes del electorado, la mejor manera de minimizar la pérdida de apoyo electoral no es buscar otra idea más brillante en la que se sienta más seguro, sino entrar en ese debate, aún cuando se tengan menos oportunidades que el oponente.

Estas son algunas de las conclusiones que han extraído un grupo de economistas de la Universidad de Málaga que desde 2004 investigan las campañas electorales, dentro de un proyecto denominado Mejora de las instituciones públicas, que también analiza la formación de coaliciones de gobierno, la constitución de tribunales para elegir candidatos a puestos públicos y los criterios de reparto de los fondos públicos.

Este grupo de investigación lo lidera la profesora Socorro Puy, del departamento de Teoría e Historia Económica y se realiza en colaboración con investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y del Centro de Investigaciones Científicas de Francia.

Socorro Puy, junto a los investigadores Bernardo Moreno, Pablo Amorós, Noemí Navarro y Samuel Danthine, que procede de la Universidad de Montreal, aplican en este proyecto la teoría de los juegos. Se trata de un método originalmente usado en matemáticas y que, en este supuesto, pasa por analizar los fenómenos electorales en una atmósfera vacía, es decir, sin hacer estudiar campañas electorales concretas. "Nosotros analizamos situaciones hipotéticas, en las que un partido toma ventaja en un asunto concreto y vemos las estrategias para enfatizar los asuntos relevantes y para minimizar la pérdida de votos".

Socorro Puy explica que los resultados electorales no dependen de elementos como el dinero que se invierte en la campaña electoral o los indicadores que arrojan las encuestas. Ni siquiera es trascedente la imagen que transmiten los candidatos, a pesar del esfuerzo que ponen en este asunto los partidos. "Esto sólo será determinante para los electores poco informados".

Tampoco es decisiva la identificación ideológica previa de los votantes. En este sentido, destaca que hay tres tipos de electores: los que no se informan y actúan conforme a estereotipos, los que se informan mucho y deciden incluso en la precampaña, y los que cambian de idea en la campaña y deciden en función de que se les planteen asuntos que entienden relevantes para ellos. Pero, en definitiva, "la campaña electoral determina quién gana".

¿Qué interesa? "Pocas cosas. Hay temas relevantes como la educación, las relaciones exteriores, la religión e, incluso, la inmigración que en este momento no mueven a los electores. En la actual campaña el tema que ha surgido es la economía y en la última el terrorismo".

Pocas veces, además, los partidos aciertan con los temas relevantes. Muchas veces vienen impuestos por elementos exógenos, por lo que la capacidad para tomar ventaja y tener respuestas convincentes es esencial. ¿Qué estrategia debe seguir la formación que no acierta a tomar ventaja con el asunto de interés para el electorado? Socorro Puy precisa que en ese caso no es tan importante sacar otro asunto donde se sienta más fuerte o preparado como entrar en ese debate. "Si se habla del mismo tema se minimiza la pérdida de votos, aún cuando los ciudadanos no te perciban como el partido mejor preparado para esos asuntos". Otro aspecto a tener en cuenta es que cuando el ciudadano no diferencia bien los diferentes modelos políticos opta por el que está en el poder.

Por ejemplo, en la actual campaña el PSOE expuso sobre el tapete los derechos sociales, "pero ahí no va a haber diálogo", porque de pronto saltó el riesgo de crisis económica y esto "afecta a una mayoría, ahí es donde está el diálogo, donde se están produciendo las propuestas concretas".

Estas reglas, sin embargo, no son de aplicación en las elecciones generales, precisamente porque las diferencias entre las formaciones rivales son poco precisas, sus promesas son muy similares, por eso el electorado responde más por el grado de identificación que siente con el candidato y, por eso también, resulta tan difícil de desalojar del poder a quien gobierna, que prácticamente acaba perdiendo por propia combustión interna.

Este proyecto de investigación cuenta con el apoyo de la Consejería de Innovación, que ha librado 222.000 euros para el periodo 2007/2010. Con esta cantidad, se sufragan los costes de contratación de los investigadores Noemí Navarro y Samuel Danthine, así como la asistencia y organización de conferencias y encuentros especializados.

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