Vecinos denuncian el expolio del antiguo hospital de la Cruz Roja

El antiguo hospital de la Cruz Roja parece estar llamado a correr la misma suerte que el cuartel de Segalerva, que en el futuro acogerá una instalación deportiva municipal pero ha sido parcialmente expoliado. Los vecinos denuncian que en las dependencias del centro sanitario ubicado en la frontera del distrito de Ciudad Jardín y el barrio de Segalerva, ocurre lo mismo. "Se lo están llevando todo, desde los cables hasta los marcos de las ventanas. Hace un mes dejaron el centro de salud sin red (un tercio de estas dependencias las ocupa el ambulatorio de Capuchinos) porque tocaron su sistema eléctrico y lo dañaron", asegura Ángel Jurado, presidente de la asociación de vecinos El Molinillo-Segalerva.

El ambulatorio de Capuchinos, que antiguamente se ubicaba en las dependencias de calle Peinado, ocupa el ala sur del antiguo hospital de la Cruz Roja. Abarca aproximadamente un tercio de su superficie total. Por ello, los vecinos solicitan que se amplíe o que se construya un hospital, como estaba previsto en el proyecto inicial. Las instalaciones se cerraron en julio de 2002 para realizar distintas mejoras, pero siguen cerradas y las obras no van a continuar.

La Consejería de Salud ya ha descartado que se vaya a ubicar allí un hospital. Estas instalaciones se sustituirán por un nuevo edificio en los aparcamientos del Civil.

Los vecinos de la asociación de El Molinillo-Segalerva aseguran que llevan desde el mes de septiembre intentando, sin éxito, concertar una cita con la delegada María Antigua Escalera. "Nos está tomando el pelo", denuncia Jurado. Desde el SAS mantienen que Escalera "tiene mucho interés en atender a los vecinos" y que lo hará cuando tenga algo en firme. Según las cuentas vecinales, el encuentro se lleva posponiendo desde hace siete meses.

El edificio de Cruz Roja fue cedido por la entidad benéfica al SAS durante 25 años en diciembre de 1995. Es decir, el plazo vence en el 2020. La Administración sanitaria no estaba dispuesta a hacer una fuerte inversión en reformar un hospital que sólo tendría seguro una década una vez que acabaran las obras. Hasta ahora, ni el SAS ni la entidad benéfica han despejado cuál será el futuro del edificio. Mientras, según las mismas fuentes, los expolios siguen adelante. Igual que las colas en el centro de salud.

Luis Vicario, presidente del citado colectivo vecinal, conserva un documento fechado en septiembre de 1999, al que este medio ha tenido acceso, en el que José Luis Marcos se comprometió cuando era delegado de Salud a "estudiar la viabilidad" de buscar una nueva ubicación del centro de salud si el crecimiento demográfico de la zona y la demanda asistencial así lo hicieran necesario a finales de 2004. "Ni el estudio se he realizado, ni se han planteado nada. Todo era mentira".

La gestión administrativa del centro está parada desde hace seis años, pero no así la expoliación. A simple vista se puede comprobar cómo los desperfectos cada vez son mayores. De hecho, en la zona trasera del inmueble, en calle Pintor Bermúdez Gil, hay un boquete en una verja por donde presumiblemente se cuelan los expoliadores. Sobre el cuartel, los vecinos están satisfechos por la resolución final, pero esperan que se acelere el inicio de la obra pues aseguran que también siguen entrando.