Las diferencias en el seno de la junta directiva del Club Mediterráneo se ensanchan. El presidente de la entidad, Rafael Vidal, que fue suspendido temporalmente por el resto de los miembros de la dirección, afirmó ayer que al menos 500 de los 700 socios de la entidad han depositado firmas ante un notario reclamando que se convoque a la asamblea.

Vidal no reconoce la destitución temporal por entender que no respeta el procedimiento marcado en los estatutos del club. "Es una decisión que sólo puede adoptar la asamblea general".

La asamblea, de acuerdo con su versión, la convocan exclusivamente el secretario del club a instancias del presidente o en su defecto una mayoría cualificada de socios. "En este caso 500 firmas son más que suficientes para que se pueda pedir".

Desde su punto de vista son las urnas las que deben esclarecer un ambiente absolutamente enrarecido en el histórico Club Mediterráneo, puesto que la asamblea podrá determinar si se reinicia un proceso electoral para escoger a una nueva directiva "y entonces yo decidiría si me presento o no".

Hace dos semanas se produjo una reunión de la directiva, que Vidal no reconoce, en la que con nueve votos a favor y cuatro abstenciones se decidió su destitución provisional. Anoche miembros de este sector mantenían una reunión para determinar los siguientes pasos a dar, aunque las fuentes consultadas no quisieron pronunciarse sobre el contenido del encuentro.